Andrea Carballo explica el suceso de “Ni una sola palabra de amor”

Es la protagonista del cortometraje que toma una grabación real olvidada en un contestador automático como punto de partida de una comedia ácida.
domingo, 18 de agosto de 2013 00:00
domingo, 18 de agosto de 2013 00:00

Carballo es una actriz argentina, que vive en España y ya había protagonizado otros valiosos trabajos como “Lo que haría”, de Natural Aparjou. Ahora, en un cortometraje de El Niño Rodríguez, interpreta a María Teresa, una mujer solitaria obsesionada con Enrique, un hombre que no le presta atención y a quien le deja un sinnúmero de mensajes telefónicos que por su repetición y dramatismo creciente adquieren un tono patético y delirante.

En base a los mensajes que esa mujer real dejó en un contestador automático encontrado en un mercado de pulgas, el corto transmite -a través de una magnífica interpretación de la actriz- desesperación, amor, ansiedad, soledad, miedo, frustración y locura, un aluvión de sentimientos que padece esta mujer despechada, que no obtiene ninguna respuesta de su pareja.

En una conversación que mantuvo con Télam desde Barcelona, Carballo afirmó sobre el éxito de “Ni una sola palabra de amor” que siente “mucha gratitud y alegría, porque uno trabaja porque adora lo que hace y nunca se sabe qué va a pasar, como va a ir, y cuando pasa algo así es una sorpresa espectacular”.

-¿Cómo surgió este fenómeno que se está dando en internet y ahora también en la televisión?

-La cinta de María Teresa y Enrique es un audio real y original encontrado en el mercado de pulgas. Llegó a mis oídos de la mano de mis amigos. Fue un chiste interno en nuestro grupo durante meses, nos fascinaba el material y un buen día decidimos hacer algo con él.

-¿Cómo fue tu trabajo con El Niño Rodríguez?

-Fue muy divertido, imagínate que a María Teresa la teníamos bastante estudiada, así que fue ajustar los detalles que a la hora de filmar tenían que ser muy precisos. Fue un proceso muy auténtico y divertido.

-¿De qué manera construyeron el personaje de María Teresa?

-Desde el punto de vista de la interpretación teníamos la voz, esos mensajes, que son muy específicos y potentes, y sus emociones también lo son, es muy transparente todo lo que le pasa a ella. Creo que no hay dudas de cómo se siente. Así que por ese lado fue meterse en esas emociones de lleno. Y por el otro, en cuanto a su aspecto y el cómo contar la historia, fue pura imaginación y trabajo en equipo.

-¿Cómo trabajaron con la grabación del contestador telefónico?

-Primero fue pasar todos los mensajes en limpios, siguió memorizar hasta el último suspiro de ella, todo, especialmente la respiración. Para poder hacer ese doblaje había que meterse en su respiración. Creo que escuché la grabación infinidad de veces, iba con auriculares en el colectivo escuchándola sin parar. Fue todo un trabajo de detalles. Y luego trabajar con la grabación hasta hacer coincidir los tiempos perfectos. Fue desafío muy interesante.

-¿Hasta dónde llega el fenómeno “Ni una sola palabra de amor”?

-La realidad es que se “viralizó”: a las 24 horas de haberlo soltado a Internet tenía más de 50.000 visitas. Y hoy por hoy ya perdimos casi la cuenta, porque lo compartió muchísima gente sumado a todos los portales y blogs que sacaron notas. Me despierto con cantidades de mensajes por Facebook, mail y twitter todos los días. Lo pasaron en televisión y lo recomendó Juan José Campanella, ¡es increíble!

-¿Cuántos visitantes tuvo en Internet?

-Por lo que el director y yo tenemos controlado desde nuestros canales de Vimeo y Youtube al día de hoy estamos arriba de las 270.000 visitas. Algo impresionante, porque además se vio en España, Italia y muchos otros países del mundo.
-Habiendo visto otros cortos que protagonizás uno se da cuenta de tu capacidad para encarar papeles muy disímiles y complejos, ¿cuál fue tu escuela?

-Escuelas muchas, estudié y sigo estudiando, me encanta. Empecé a los 18 años a formarme y tuve la suerte de estar en Buenos Aires, una ciudad llena de excelentes maestros, actores y directores. Me formé con maestros de diferentes técnicas, entre ellos Ricardo Holcer, Marcelo Savignone y Viviana Iasparra, mientras que en España tuve la suerte de dar con Javier Galito Cava.

-¿Cómo es tu método de trabajo?

-No sé si a la hora de encarar los personajes tengo un método. Lo primero que hago es dejar que las primeras lecturas del guión me generen imágenes y sensaciones, y antes de empezar a pensar voy al cuerpo, también memorizo el texto primero para estar tranquila y luego darle vida. Creo que lo importante es lo que sentís, y desde ahí dejarte llevar, las respuestas aparecen cuando te entregás a los sentimientos que empiezan a armar la conducta del personaje.

-¿Qué tipo de roles te interesa encarnar?

-Me interesan los roles que conmueven, que hacen reflexionar, que están escritos con humanidad, y sobre todo que se pueden trabajar desde varias dimensiones, que se puedan ver varias o todas sus caras.

-¿Cuáles son tus preferencias -si es que tenés algunas- a la hora de recibir un guión o una propuesta para actuar?

-Lo único que necesito para sentir esa “preferencia” es sentir un vacío en el estómago al leer el guión, una especie de ansiedad, alegría y despertar. Ahí me doy cuenta de que es para mí, de que voy a poder trabajar con dedicación y verdad.

Fuente: Télam

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