En las provincias del NOA se viene dando la renovación del folclore argentino, con importantes grupos que ya recorren los escenarios del país y también otros que están en ascenso.

Dentro de estos últimos figuran los catamarqueños de “Yanasu”, que en quichua quiere decir “amigos”. Y eso es lo que, por sobre todo, son Alejandro Avellaneda (33) y Antonio Olima (42), los artífices de una renovada propuesta musical.

Así presentados, aparecen como grandes anónimos, sin embargo, cuando nos acercamos a sus simples pero intensas trayectorias descubrimos a dos folcloristas capaces de traducir fielmente, y tal vez con mayor justeza que muchos de los consagrados, la historia, la identidad, la realidad que vivimos, a través de sus melodías.

Están cumpliendo el segundo año consecutivo en carácter de compañeros de ruta y seis meses con el citado nombre sobre los escenarios, deslumbrando en el homenaje que le hacen al maestro Carlos Bazán, con la interpretación de su zamba La Despedida, entre otras composiciones que integran el repertorio. Vienen de ser ovacionados en el Festival de la Mandarina, y cuando le preguntamos cuál es la razón del crecimiento en tan poco tiempo, responden que es el respeto a la profesión, la dedicación sistemática para aprender cada día un poco más y, por sobre todas las cosas, el profundo amor a la idiosincrasia catamarqueña.
El dúo, con el acompañamiento de de Valeria Quiroga, se presentará a principios de agosto en Andalgalá, como parte de un ciclo de conciertos con los que aspira seguir dándose a conocer.