Entre descansos en su estanque, los apodados "agentes gansos" patrullan un espacio verde entre la valla interior de la prisión y el muro exterior principal. El personal afirma que la vigilancia de los gansos los convierte en excelentes animales de guardia, incluso más que los perros.

"Tenemos vigilancia electrónica, vigilancia en persona (...) y finalmente la vigilancia de los gansos, que sustituyeron a los perros", dijo el director de la prisión, Marcos Roberto de Souza.

Piu-Piu encabeza la pequeña bandada, liderando a sus compañeros gansos en la vigilancia de las instalaciones. Cuando los funcionarios le llaman por su nombre, emite un graznido característico.

Souza dijo que cuidar de la bandada de gansos es más asequible que criar perros y que la tranquila ubicación de la prisión lo convierte en una opción viable para su centro.

"Por la noche es muy tranquilo. Incluso durante el día, como se puede ver, es un lugar muy silencioso y por la noche aún más (...) El espacio favorece este tipo de seguridad en el caso de los gansos", dijo.