El empresario Sergio Taselli, ex propietario de la distribuidora de energía EDECAT, es investigado en Suiza por lavado, a raíz de depósitos por 30 millones de dólares realizados en entidades bancarias de ese país. La imposibilidad de precisar el origen del dinero motivó el inicio de una causa penal y se requirió información a la justicia argentina sobre los procesos que se siguen contra Taselli, entre ellos el de la supuesta administración fraudulenta de EDECAT. La cifra en las cuentas suizas es similar a la que se maneja en ámbitos judiciales catamarqueños como producto de un endeudamiento ficticio de la empresa a favor de otras firmas de Taselli; por lo tanto, no es descabellado pensar que haya fugado esa plata a los bancos ginebrinos.

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Emblema del liberalismo menemista de los ‘90 y del modelo privatizador que asoló el país con el auspicio de los medios hegemónicos, Taselli fue presentado por el gobierno de Arnoldo Castillo como un modernizador de los servicios públicos, capaz de optimizar la prestación de la vieja y desvencijada DECA, como se la caracterizaba por entonces. Su hijo, Oscar, había sido quien se encargó del manejo político del asunto. ¿Quién había presentado a Taselli con Oscar? El histórico dirigente radical Enrique “Coti” Nosiglia, hombre muy cercano y compañero de aventuras del gastronómico Luis Barrionuevo. Puesto a administrar la operadora eléctrica provincial, Taselli aplicó un esquema de gestión que replicó durante su paso por empresas como Yacimientos Carboníferos Río Turbio o el Ferrocarril Roca. Entre otras perlas: sobrefacturación, fraude con medidores eléctricos, liquidación de activos.

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Los catamarqueños debieron soportar como consecuencia de ello la progresiva desinversión y deterioro de un sistema que había tomado décadas consolidar, y que se trata de rearmar desde la reestatización del servicio, decidida por la actual gestión.