El Secretario
¿Wiesenthal de evasores?
Simon Wiesenthal, creador del centro que lleva su nombre, fue un héroe judío que sufrió los horrores de la guerra, incluso dentro de un campo de concentración, y que una vez culminado el conflicto, dedicó su vida entera a buscar, localizar e identificar criminales de guerra nazis que se encontraban fugitivos. No tomaba entonces ninguna venganza personal, sino que los llevaba ante la Justicia. Con circunstancias mucho menos dramáticas, algo similar acaba de aprobar el Senado de la Nación (con apoyo de los catamarqueños Guillermo Andrada y Lucía Corpacci): salir a la caza de evasores de impuestos argentinos en el exterior. La idea, emanada de un proyecto de Oscar Parrilli, pareció algo descabellada en su presentación, pero ya obtuvo media sanción del Congreso y ahora fue girada a Diputados.
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Para explicarlo de la manera más sintética posible, la propuesta es salir a buscar dólares fugados, para armar con ellos una gran caja en la moneda estadounidense, que se utilizaría para pagarle al FMI cuando concluya el período de gracia. Por cierto, el proyecto es bastante más complejo y también controvertido, como que demandó cinco horas de debate en la Cámara Alta para terminar aprobándose por un ajustado 37-31. Allí se crea la figura del “colaborador”, que informará sobre evasores que conozca, siempre con el fin de recuperar dólares que salieron del país.
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La cuestión es compleja, porque en principio no distingue entre dólares generados de manera legal o ilegal, porque contempla “compensaciones” para informantes, y hasta prevé castigos por encima de los establecidos por ley para subsanar un pago no realizado. Pero el proyecto, con sus puntos fuertes y débiles, avanza. Quedará la palabra final para Diputados, donde reunir los números es más difícil. La esencia de la idea es justa, será cuestión de pulirla para que sea también aplicable, y no solo un intento de cruzada al estilo Robin Hood.
El Esquiú.com