El durián crece en los árboles conocidos como durio y se encuentra presente en todo el sudeste asiático, aunque es una fruta nativa de Indonesia, Malasia y Brunei. Es una fruta fácil de reconocer, no sólo por su intenso olor, sino por su aspecto. De considerable tamaño (hasta 30cm. de largo), tiene forma alagarda o redondeada y está cubierto por espinas. De hecho su nombre viene del malayo duri, que significa espina. La pulpa del durián es carnosa y de un color entre amarillento y anaranjado, de sabor dulce, aunque de aroma difícil de soportar.

Tan fuerte es su olor que está prohibido en muchos aeropuertos, hoteles y transporte público, a lo largo de todo el sudeste asiático.

Por otro lado es sumamente nutritivo, rico en fibras y vitaminas A,B, C y D como también una gran variedad de minerales.
Ayuda a eliminar parásitos, sus hojas y raíces en té bajan la fiebre y su carne tiene efectos afrodisíacos. Los nativos lo usan como alimento base para infinidad de preparaciones culinarias como para postres y helados, por su parte las semillas también se comen, generalmente fritas.

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