El Papa dijo que la Iglesia fracasó al afrontar los abusos

domingo, 26 de agosto de 2018 08:34
domingo, 26 de agosto de 2018 08:34

El papa Francisco condenó los abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica en el inicio de su gira por Irlanda, donde asistió al Encuentro Mundial de las Familias.

“No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y de educarlos. El fracaso de las autoridades eclesiásticas –obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros– al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica. Yo mismo comparto esos esos sentimientos”, lanzó el Pontífice en Dublín en su primera aparición pública junto con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar.

El Papa, que además se reunió con un grupo de víctimas de abusos, se refirió a la importancia de la protección de los menores, pero no hizo mención directa al último escándalo destapado en Pensilvania, donde un informe del gran jurado reveló hace dos semanas que más de mil niños y niñas fueron abusados por unos 300 religiosos. Tampoco al encubrimiento que, según el mismo informe, alcanzó al Vaticano. “Deseo que la gravedad de los escándalos de los abusos, que ha hecho emerger las faltas de muchos, sirva para recalcar la importancia de la protección de los menores y de los adultos vulnerables por parte de toda la sociedad”, señaló.


Varadkar aprovechó el momento para realizar un fuerte reclamo al máximo representante de la Iglesia. “Le pedimos que escuche a las víctimas y a los sobrevivientes. Sabemos que usted lo va a hacer. Las heridas siguen abiertas”, afirmó.
La Irlanda actual nada tiene que ver con la que en 1989 recibió como una estrella de rock a Juan Pablo II. Ayer las muestras de afecto se mezclaron con la indiferencia y con los reclamos de justicia.

Irlanda, de fuerte tradición católica, fue el primer estado en Europa en legalizar el matrimonio igualitario por consenso popular, y en mayo votó abrumadoramente para eliminar la prohibición al aborto de su Constitución. Además, tiene un primer ministro de origen indio que se declaró abiertamente gay.

“La Irlanda del siglo 21 es un lugar muy diferente y cada vez más diverso. Hay más gente que adhiere a diferentes tipos de fe, o que se siente cómoda en religiones no organizadas. Hemos votado en nuestro Parlamento un referéndum para modernizar nuestras leyes, entendiendo que los matrimonios no siempre funcionan, que las mujeres tienen que tomar sus propias decisiones y que las familias tienen diferentes formas, incluyendo aquellas encabezadas por un abuelo, un padre soltero, dos padres del mismo sexo o divorciados”, dijo Varadkar.

Críticas

El discurso de Francisco no fue bien recibido por algunas de las víctimas de abusos de sacerdotes que presenciaron su visita al Castillo de Dublín. “Fue una oportunidad perdida para aceptar que el Vaticano encubrió los crímenes”, señaló Colm O’Gorman. “Podría habernos hablado a todos de una manera directa, clara y franca. Pero se negó a hacerlo y eso es una gran pena. Creo que fue un discurso vergonzoso”, agregó.

“Decepcionante, nada nuevo”, fue la reacción de la irlandesa víctima de abusos Marie Collins, exintegrante de un panel asesor de abusos sexuales de Francisco, quien renunció al cargo el año pasado por frustración.

El Papa tuvo una reunión de una hora y media con ocho víctimas, quienes le solicitaron que utilizara su influencia. En el cónclave, Francisco dijo que el encubrimiento de los abusos por parte de la Iglesia fue “caca”, según informó el diario The Irish Times.

Frialdad

Hubo poca gente para darle la bienvenida a Francisco, tanto en el aeropuerto como en las calles cercanas. Sólo un puñado de personas lo recibió frente a la nunciatura del Vaticano en Dublín, a pesar del tiempo soleado del fin de semana.

Irlanda ha tenido uno de los niveles más altos de curas abusadores en el mundo, delitos que fueron revelados a los 4,8 millones de personas de la nación, profundamente católica, a través de una serie de investigaciones ordenadas por el Gobierno en la última década. Las revisiones concluyeron que miles de niños fueron violados o sufrieron otros abusos a manos de sacerdotes. Además, padecieron abusos físicos en escuelas administradas por la Iglesia, mientras que los obispos encubrieron a los abusadores. La iglesia irlandesa promulgó nuevas normas más severas.

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