Comentario Político

lunes, 18 de octubre de 2010 00:00
lunes, 18 de octubre de 2010 00:00

El armado de las listas peronistas derivó en desacuerdos que todavía no se conocen en profundidad. Por ejemplo, en las postulaciones del saadismo, faltan nombres que son considerados verdaderos soldados de Ramón, pero por estas horas estarían más que distanciados. Se trata de Oscar Garbe, aquel vicegobernador de tierras paceñas que en los últimos años fue diputado, y de Carlos Rosales Saadi, el primo hermano que ya lleva varios mandatos como legislador y, como no podía ser de otra manera, pretende seguir ejerciendo ese trabajo tan macanudo que, por el sólo hecho de tener un apellido ilustre dentro del peronismo, le ha regalado la política. La verdad que los primos, por una mínima cuestión de nobleza, deberían ser más comprensivos con el ex gobernador que está en el llano y sin banca.


También dentro de la llamada renovación hay algunas “perlitas”. Como lo dijimos, esta renovación no acepta cambios (?) y sus integrantes, como los primos Saadi, quieren eternizarse. A los nombres de Moreno y Figueroa Vicario, hay que sumarle los de la familia Jalil que, cual verdadero malón, han copado las listas. Javier Jalil, que finalmente renunció (¿para satisfacer a Figueroa Vicario?), y el candidato a intendente Fernando Jalil se anotaron rápidamente, ante la sorpresa de los mismos peronistas que, por sus aceitadas relaciones, consideran a ambos empresarios de la salud como socios del Frente Cívico. En realidad, ellos mismos, ni siquiera lo disimulan. Sin embargo, allí están. ¿Por qué será? También está el primo hermano, Marcos Denett Jalil, para completar un hermoso cuadro de nepotismo.


Paradójicamente, el único Jalil (Raúl) que hace peronismo y que se muestra preocupado por las cosas de la provincia, no figura en este esquema y se inscribe, con muchas posibilidades de capturar una de las principales candidaturas, dentro del Frente para la Victoria. Como para decir que los intereses familiares están por encima de las ideologías o, en su defecto, sus controversias están perjudicando al único con posibilidades de acceder a un cargo efectivo.
 

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