La apertura real de la Maternidad, inaugurada hace casi cinco meses pero todavía sin funcionar, genera grandes expectativas en la comunidad, no sólo por el significado de contar con un centro de atención especializada para madres y recién nacidos, sino porque el lugar se observa como una nueva fuente laboral para administrativos, médicos, enfermeras, ordenanzas, etc. Por el momento, son muchas las especulaciones y pocas las definiciones que existen en torno a los nombramientos para el flamante centro de salud.

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La necesidad, sin embargo, hace que muchas personas se acerquen ingenuamente al edificio y pregunten dónde hay que inscribirse para ser tenidos en cuenta a la hora de formar el plantel de trabajo. Una posibilidad que nunca estuvo contemplada oficialmente y que resulta un movimiento en vano, ya que no será reclutando interesados por la calle como se conforme la planta de personal de la Maternidad. Lo lamentable es que, jugando con la desesperación de la gente, no faltan algunos inescrupulosos que ya encontraron la oportunidad de estafar a los incautos, pidiéndoles 50 y 100 pesos a cambio de llevar adelante los trámites para asegurarles un puesto.

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Una triste realidad que nace de los niveles de de-sempleo que afectan a la población, y del error de concepción cultural que mantienen miles de comprovincianos, observando al Estado como única fuente de trabajo en la Provincia. Se trata sin dudas de una idea nociva para el desarrollo provincial, pero que no puede ser atribuida a la población, porque para afianzarla contribuyeron, durante décadas, los propios responsables de administrar el Estado.