Km 2010

martes, 21 de septiembre de 2010 00:00
martes, 21 de septiembre de 2010 00:00

Casi premonitoriamente, en su edición del sábado 18 de septiembre, El Esquiú abrió su portada con el título “Tierra de nadie”, para referirse a la discusión que se iniciaba en torno a la flamante y promocionada hostería “Polo Gimenez”, un complejo que se levanta en las alturas de la Cuesta El Portezuelo. Casi sin darnos cuenta, dimos en la tecla, porque desde ese día se discute dónde se encuentra el emprendimiento. El intendente Jalile y sus funcionarios dicen que en Valle Viejo; desde el gobierno replican que en El Alto; otros decían, a partir de que la administración le fue confiada a la Municipalidad de Ancasti que es, precisamente, del departamento donde naciera don Ramón S. Castillo, el catamarqueño que ocupó la presidencia de la Nación en la década del 40. ¿Se puede llegar a este punto de no saber a qué departamento pertenece un lugar equis? En nombre de echarse la culpa de graves errores, por pura política, parece que sí.

El lunes pasado no fue un buen día para el comisario que es director del Servicio Penitenciario, el licenciado José Quiroga. Por la mañana se dio a conocer la noticia de que un hijo suyo, Germán Damián Quiroga, estaba detenido por el cuantioso robo del que fuera objeto Jorge Vargas, el correctísimo empresario y dirigente deportivo de Banda de Varela. Si bien recuperó la libertad, porque no tiene antecedentes, sigue imputado y la Justicia debe resolver. Después del mediodía, Radio Valle Viejo entrevistó a Carlos Fabián Vega, un agente penitenciario que se consideró víctima laboral de las autoridades del Servicio Penitenciario, y especialmente del licenciado Quiroga. Tuvo duros cargos contra él y consideró que fue dado de baja por una situación totalmente injusta, a partir de la pérdida del arma reglamentaria.

Dijo por ejemplo que es víctima de las broncas de la máxima autoridad, porque no se prestó al peligroso juego de ingresar droga dentro de la institución. Aunque parezca alocado y hasta incoherente, el caso es que los estupefacientes ingresan a las cárceles porque alguien permite que así sea, entonces lo más correcto sería averiguar todos los pormenores antes de tildar de alucinado al denunciante. En fin, mientras esperamos alguna opinión que clarifique, lo concreto es que el jefe del Servicio Penitenciario tuvo un “lunes negro”. Y quizá hay más: ¿no le aceptarán la renuncia?.

Comentarios

Otras Noticias