Apuntes del Secretario

martes, 21 de mayo de 2019 00:22
martes, 21 de mayo de 2019 00:22

Cristina Kirchner, figura central de la política argentina, volvió a sacudir el escenario electoral con una decisión que, además de impactante, sorprendió al conjunto del peronismo y a la Casa Rosada. Eligió un día sábado para comunicar que renunciaba a intentar un tercer mandato de presidente y, en su lugar, nominaba a Alberto Fernández como precandidato de Unidad Ciudadana, el partido que fundó en 2017 y hoy está inserto dentro del peronismo. Para ella, como se sabe, se reservó el puesto de aspirante a la vicepresidencia, lo que podría ser confirmado al momento del cierre de listas, el próximo 22 de junio. En pocas horas, la noticia recorrió el mundo entero y obligó a los principales medios de comunicación del país, especialmente la radio y la televisión, a modificar sus programas de fin de semana y, en pleno sábado a la noche, llamar a debates políticos que ganaron la atención de la gente. Es que pocos creían que la expresidente no fuera a ser candidata y, mucho menos, que ungiera a su exjefe de gabinete como el sucesor.

La noticia, de movida, logró la aceptación de amplios sectores peronistas y del sindicalismo, incluso algunos que estaban alejados de Cristina Kirchner y no comulgaban con la chance de un tercer mandato para ella. Hasta anoche, cerca de 12 mandatarios, entre ellos Lucía Corpacci, habían expresado su adhesión a lo dispuesto por la actual senadora y las paredes de las distintas capitales argentinas (también la catamarqueña) ya están ocupadas por el nombre de Alberto Fernández, el armador preferido de Néstor Carlos Kirchner que, en Santa Cruz, ayer inició su periplo con su flamante traje de presidenciable. Más allá que la movida sacudió a todo el espectro político y amplió la base de sustentación del kirchnerismo, queda claro que la división opositora se mantendrá. Por lo menos dos gobernadores, el cordobés Juan Schiaretti y el salteño Juan Manuel Urtubey, no se sumarán a los demás mandatarios y, junto a Sergio Massa, Miguel Pichetto y posiblemente Roberto Lavagna, ratificarán mañana que Alternativa Federal, con PASO o sin PASO, presentará su propio candidato presidencial.

Si la noticia movilizó al peronismo, aunque lo nieguen, en la Casa Rosada produjo un verdadero terremoto. Es que allí, de la mano de Durán Barba y Marcos Peña, tenían preparada toda la campaña con Cristina como segura oponente. Obviamente, habrá que cambiar el libreto, pero como los márgenes de tiempo no dan para más, se mantendrá el discurso de cotejar el pasado con el presente y el futuro. Mauricio Macri, según todos los voceros, representará la posibilidad de un cambio verdadero o de instalar una cultura política que quiebre 70 años de peronismo –o populismo- y el kirchnerismo, en cabeza de Alberto Fernández, será el pasado a enterrar para siempre en una Argentina moderna e integrada al mundo, como pregona el PRO. La apuesta es ciertamente difícil. La prueba más evidentemente es que la Casa Rosada, en las nueve elecciones provinciales que se llevaron a cabo, hasta ahora, perdió las nueve. En la mayoría de ellas, como Córdoba, Entre Ríos, San Juan, Neuquén, La Pampa y Río Negro, lo hizo por cifras abrumadoras. A ello hay que sumarle un agravante: en todas estas, inclusive en Santa Fe, el peronismo, si no ganó, tuvo un papel decoroso. El domingo, sin ir muy lejos, un candidato identificado con La Cámpora, la organización juvenil que creó Cristina hace más de siete años, barrió en Santa Rosa, la capital pampeana que estaba en manos de Cambiemos.

De cualquier manera, a 72 horas de los que algunos llamaron “renunciamiento histórico” (objetivamente no lo es, porque el nombre de Cristina figurará en el voto como vicepresidente), es prematuro pronosticar definiciones. Hay que ver cómo el mismísimo peronismo recepta el nombre de Fernández y que harán sus rivales internos. También habrá que merituar cómo influye el periplo judicial que la expresidente iniciará hoy, al sentarse como acusada de corrupción en el juicio oral y público que se pone en marcha Comodoro Py. En cuanto a la relación de Fernández y Catamarca, digamos que las cartas parecen estar jugadas. Corpacci no solo lo apoya, sino que lo conoce y mantiene contacto con él. Raúl Jalil también. Quienes no se llevarían bien con “el elegido” son Dalmacio Mera y Luis Barrionuevo (es el principal sponsor de Lavagna), dos comprovincianos que no se profesan simpatía entre ellos, pero se ubican en las trincheras más recalcitrantes del antikirchnerismo. En el caso de Mera, hace un mes atrás, viene de sostener un enfrentamiento con Fernández en las redes sociales en la que no se llevó la mejor parte.

Las dudas sobre la realización de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en Catamarca quedaron definitivamente disipadas en el arranque de la semana. Ayer, la gobernadora Corpacci firmó el decreto de convocatoria para el 11 de agosto, lo que aclara definitivamente el horizonte electoral. Por cierto, se trató de una buena noticia para la UCR, que requiere “sí o sí” de las primarias para tratar de superar la fractura interna que, desde 2018, no puede ser superada por las actuales autoridades. De hecho, en agosto, habría PASO para todos los cargos, desde gobernador al último concejal. Más o menos como si se realizara en la fecha señalada la interna que fuera suspendida el 2 de junio pasado. Claro que la variante estará dada por una circunstancia pendiente, la permanencia o no de la UCR dentro de la alianza Cambiemos, lo que se resolverá en la convención nacional del próximo lunes. Si el acuerdo se mantiene, habrá que ver cómo se alinean los representantes del PRO y la Coalición Cívica en la PASO del 11 de agosto.

Si a la política, por un momento, la comparáramos con una partida de ludo, bien podríamos decir que el Secretario de la Vivienda, Fidel Sáenz, avanzó varios casilleros en la noche del viernes pasado. En sede de Estudiantes de La Tablada, ante una apretujada concurrencia, recibió apoyos fundamentales para su proyecto de convertirse en candidato a intendente de la Capital. Los conceptos laudatorios para él, por parte del diputado nacional Gustavo Saadi, y el solo acompañamiento en el palco de Rubén Dusso, hombre de extrema confianza de la gobernadora Corpacci, representan hechos políticos que, seguramente, no pasaron desapercibidos hacia dentro de la dirigencia peronista. Aunque apenas falte un mes para inscribir las precandidaturas, Sáenz siente que cuenta con chances efectivas, aunque hay rivales que persiguen el mismo objetivo y podrían saltar a la palestra en las próximas semanas. A la serie de nombres que se conocen (Maxi Brumec, Fernando Jalil, Ramón Figueroa Castellanos, Liliana Barrionuevo, etc), se sumó en las últimas horas Hernán Martel, nada menos que el Secretario de Gobierno de quien en diciembre va a dejar la intendencia: Raúl Jalil. De hecho, “el Facha” –como lo llaman en los territorios peronistas- finca sus posibilidades y lo va expresar en un eventual discurso de campaña en conocer, de primera mano, la gestión de su jefe. Por encima de estas especulaciones, todas posibles a 31 días del cierre de las listas, se nos ocurre que será fundamental la bendición que puede otorgar para alguno de ellos la primera mandataria.

Colorida, burbujeante y comentada fiesta de cumpleaños en la ciudad de Andalgalá a la que, por los presentes, resulta inevitable asociarla a la política. El homenajeado fue Rodolfo Cecenarro, prestigioso integrante de la Justicia que, hace más de 20 años, militara en la política, donde también tuvo destacada actuación como legislador y funcionario de los ámbitos provincial y nacional. Entre otros, dijeron presente en el domicilio del actual juez, el senador Oscar Castillo, el intendente andalgalense y titular de la UCR, Alejandro Páez; los concejales Gustavo Álvarez y José Cativa; los exsenadores provinciales Jorge “Yayo” Agüero y José Eduardo Perea; integrantes de familias tradicionales como los Jais, los Rojano, los Carrizo, independiente de empresarios y miembros de la Justicia. Por cierto se habló de los temas de actualidad y menudearon los recuerdos referidos al homenajeado que, desde el domingo, pasó a integrar el club de los 60. ¡Felicidades!

RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, en el final insertamos los hechos del pasado.
La relación entre el castillismo y el brizuelismo, a lo largo de los años, tuvo numerosas fluctuaciones. En los años 90, el crecimiento de Eduardo Brizuela del Moral como intendente de la Capital era tan notorio que pocos dudaban de la contundencia de las encuestas. Con ese respaldo quiso ser gobernador en 1999 y el castillismo, con Oscar a la cabeza, lo trampeó con una elección partidaria en 1998 en la que definió el aparato del interior, mientras el exintendente barría en Capital y Valle Viejo. Cuando llegó el momento de elegir los candidatos, Castillo afirmó que no había nada que discutir: aquella contienda partidaria de un año atrás, para él, lo había consagrado como el postulante a gobernador. Antes de llegar a esa instancia, el 21 de mayo de 1994, Brizuela del Moral había formado un frente opositor con Aurora Pico Zossi de Ahumada y Juan Carlos Bayón.

Las relaciones se restablecieron recién en 2003, cuando Luis Barrionuevo, por poco, no les quita la gobernación. Ungido Brizuela del Moral y sumado a la transversalidad kirchnerista, el castillismo quedó relegado por varios años hasta que, en 2011, tras la irrupción de Lucía Corpacci como nueva gobernadora, las circunstancias adversas los volvieron a unir y, al menos en tres elecciones, se repartieron el paquete electoral. En 2018, por la interna que consagró a la lista castillista y dejó afuera a la brizuelista se volvieron a distanciar. En síntesis: en casi 30 años, los vaivenes entre los dos dirigentes más importantes de la UCR, fueron numerosos y originados por disputas políticas, en las cuales no valen ni los odios ni los amores.

0%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
40%
Tristeza
10%
Incertidumbre
50%
Indiferencia

Comentarios

Otras Noticias