Finalmente y tras varias especulaciones, el presidente Mauricio Macri develó que un histórico senador kirchnerista será quien lo acompañe en la fórmula con la que buscará la reelección en octubre. 

“Quiero anunciarles que Miguel Ángel Pichetto me acompañará como candidato a vicepresidente de la Nación”, confirmó el jefe de Estado en su cuenta de Twitter.

El mandatario finalmente definió la integración del binomio con Pichetto como candidato a vicepresidente y jefe máximo del Senador de la Nación. Y lo definió como “un hombre de Estado, que con el correr de los difíciles años de gobierno supe conocer y respetar por su compromiso con la Patria y las instituciones”.

Se trató de un anuncio sorpresivo ya que fuentes del propio Gobierno en los días previos consideraban que las mayores chances para ocupar la candidatura a vicepresidente estaban en algún dirigente de la UCR, uno de los socios del PRO en la alianza oficialista, e incluso no descartaban que permaneciera Gabriela Michetti.

De hecho, la decisión fue recibida por algunos como un abierto desaire al radicalismo, el gran socio del PRO que vuelve a quedar marginado de la fórmula, y por un K de paladar negro.

La semana pasada, en una entrevista televisiva Pichetto había sugerido que un posible balotaje entre Macri y Alberto Fernández se inclinaría por el actual mandatario.

De esta forma, como antes lo hiciera Cristina Kirchner cediendo su candidatura presidencial a Alberto Fernández y negociando con Massa, Cambiemos amplió su espacio con la incorporación de un peronista histórico y que desde su función como jefe del bloque Justicialista en la Cámara alta trabajó junto a los ex presidentes de ese espacio Carlos Menem y Néstor y Cristina Kirchner.

Amplia trayectoria
Pichetto es senador y presidente del Bloque Justicialista desde diciembre de 2002, banca a la que llegó en 2001 con el respaldo del ex presidente Carlos Menem.

Fue muy ácido y crítico con el rumbo económico tomado por el macrismo, pero comenzó a virar sus posiciones en las últimas semanas para acomodarse al discurso que apunta contra los gobiernos populares y pone a Venezuela como ejemplo de todo rumbo político que no siga las directrices del FMI.

Pichetto nació en 1950 en la provincia de Buenos Aires y se recibió como abogado en la Universidad de La Plata. Su graduación coincidió con el inicio de la última dictadura cívico-militar, en 1976. Casado y con dos hijos, el hombre del peronismo se radicó en la provincia de Río Negro para iniciar su carrera política.

En 1983 obtuvo su primer cargo electivo como concejal por la ciudad de Sierra Grande. Tras dos años como concejal, reemplazó al intendente Beluz González como jefe comunal hasta 1987. Desde Sierra Grande, Pichetto saltó a la cámara provincial en el período 1988-1993. En el Partido Justicialista ingresó como Congresal por Río Negro, desde 1983 hasta 1991, y lo presidió entre 1991-1995. Desde 2018, el senador es Presidente del Congreso partidario. En el 93, Pichetto abandonó la banca provincial para iniciar su carrera en el Congreso Nacional. En el último año de su primer mandato como diputado consiguió la vicepresidencia del Bloque Justicialista. También ocupó otros cargos de relevancia como el Consejo de la Magistratura de la Nación, primero en los períodos 1998-2001 y 2001-2005; y asumió por tercer vez ese representación a fines del año pasado, tras un acuerdo entre el justicialismo, el Frente Renovador y el Frente para la Victoria, que le costó un lugar al radicalismo, o sea, en alianza con los partidos del peronismo que ahora decide enfrentar en alianza con los radicales y el PRO.

En los años de gestión kirchnerista se mantuvo como aliado, consiguió ser reelecto como senador en 2013 y perdió en las elecciones a gobernador 2015.

Con la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada, el senador decidió romper con el Frente para la Victoria y conformó el Bloque Justicialista, que junto a los gobernadores provinciales se encargó de negociar leyes con el oficialismo, entre ellas, el pago a los fondos buitre y la resistida reforma previsional.

¿Desaparece Cambiemos?

Una de las decisiones “cosméticas” que se anunciarían tras el cierre de las alianzas, es la desaparición del nombre “Cambiemos”, que a partir de la caída de la imagen del presidente Mauricio Macri, generaría un amplio rechazo en la sociedad.
Como a los publicistas de campaña les resulta casi imposible reinventar slogans para resucitar una “marca” que fracasó en su gestión, se resolvería buscar un nombre nuevo que sirva para despegarse de promesas incumplidas y mostrar una imagen “novedosa” al electorado.