El exintendente capitalino tenía 79 años

Pesar por la muerte del “Coya” Carlos Varela

Miembro de una tradicional familia, fue intendente de la Capital entre 1981 y 1983.
martes, 8 de diciembre de 2020 00:52

En la madrugada de ayer falleció Carlos Alberto Varela Dalla Lasta, el “Coya”, a los 79 años de edad. Reconocido arquitecto, fue intendente de la Capital entre 1981 y 1983. Era hijo de un ilustre catamarqueño, el pintor Luis Varela Lezana, y hermano de Luis Varela Dalla Lasta, ministro de Educación en los mandatos de Arnoldo Castillo. Casado con Graciela Susana Rezzano, fue padre de Diego (“Carpincho”), periodista; “Tupaki” (ingeniero agrónomo), “Shulko” (abogado) Agustín (empleado judicial, guitarrero y cantor) y María de los Milagros (psicóloga).


En una amplia entrevista con El Esquiú.com, cedida en 2017, recordó su paso por la función pública: “Recuerdo haber tenido, y que no parezca presuntuosa mi postura, mucha vocación de servicio; me gustó siempre hacer cosas para la gente. Se han hecho obras de pavimentación en esa época, algo que era bastante difícil; se hizo la primera red de gas natural en Catamarca, algo también difícil, pero sin embargo ahí está y ahora le están haciendo extensiones. Se construyeron redes cloacales, se hicieron aperturas y mejoramiento de calles, por lo que considero que, con muchas dificultades, se hicieron cosas. Se hicieron obras con un claro espíritu cultural. Soy hijo de un artista trascendente de Catamarca y posiblemente en homenaje a él y por la presión permanente de alguien que se llama Héctor Pianetti, que luchaba por su vocación teatral desde que vino a Catamarca junto a Cristina Pinto, se hizo una obra de carácter cultural como es el actual complejo “Urbano Girardi”. Pianetti fue alguien que permanentemente nos impulsaba para que termináramos la obra. Allí funcionaba la vieja Coascol (una cooperativa policial) y debo decir que en su remodelación trabajó personal de la vieja cárcel”.


 “Fui intendente desde 1981 a 1983, período en que Arnoldo Castillo pasó a ser gobernador de facto de la Provincia. Lo importante es que la obra se hizo, pero debo aclarar que no la inauguré yo. Preferí que lo haga un intendente de la democracia, como lo fue don Yamil Horacio Fadel, un hombre por el cual no tengo más que palabras de agradecimiento, una extraordinaria persona. Al final, el que presidió el acto de inauguración fue (Miguel Wenceslao) “El Gordo” Chanampa, que era presidente del Concejo Deliberante y estaba a cargo de la intendencia”, añadió en la ocasión.


Sobre la Capital provincia, señalaba que “La ciudad de Catamarca es hermosa. Sí, creo que no está debidamente explotada en el aspecto turístico. Las obras que se hacen son muy importantes pero considero que falta un poco de planificación. Ha crecido desmesuradamente y de cualquier manera. Existe una confusión de zonas residenciales con zonas que no lo son, y eso se debe a esa falta de planificación”.


En aquella ocaisón se refirió a su participación en el gobierno de facto, tema que no eludía: “no siento molestia alguna por haber sido funcionario del Proceso, porque nosotros actuamos de buena fe, con muy buena voluntad y con mucha vocación de servicio, cosas que hoy a muchos funcionarios les falta, y por eso nos pasa lo que nos está pasando”.


También tuvo palabras elogiosas hacia su padre: “Me siento muy orgulloso. Mi padre me enseñó que de las raíces se debe estar orgulloso y que es un valor que se debe preservar. (...) Él se inició como caricaturista. Mi viejo era autodidacta. Hay un cuaderno que debe andar por ahí, donde mi madre guardó cosas que comenzaban en el año 1913; por ese entonces mi viejo era un niño de 12 o 13 años. Allí había una anécdota donde una maestra había puesto de penitencia en un rincón a Luisito –mi padre- porque le había hecho una caricatura. Cuando el viejo fue a pedirle a don Ángel Dalla Lasta la mano de mi madre, don Ángel le preguntó en qué trabajaba, a lo que mi padre respondió: ‘Soy pintor, soy un artista’, para sorpresa de quien luego sería su suegro. Y en el año 1921 hizo su primera exposición de caricaturas en el Club Social de Catamarca, con personas de la época y, para su suerte, vendió todas las obras. Después se fue a Buenos Aires, donde trabajó en el diario Crítica y en la revista Caras y Caretas, con el seudónimo de ‘Alfa’. Cuando vuelve a Catamarca, allá por el año 1927, comienza a trabajar en óleos. Uno de los primeros óleos fue ‘Doña Jovita y su perro pila’, cuadro que regalé a uno de mis hijos”.


 Explicó también que se retiró de la política por “una decisión propia”. “Arnoldo me ofreció cuando el FCS ganó las elecciones en 1991 la titularidad del ministerio de Obras Públicas que pensaba crear. A todo esto ya estaba designado mi hermano ‘Lucho’ en Educación y le dije a Arnoldo: ‘Dos Varela no van a andar bien’, pero en realidad yo estaba trabajando bien en la parte privada; no obstante la negativa, me puse a su entera disposición, porque con él mantuve siempre una relación de amistad hasta el día de su muerte”, señalaba.

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Comentarios

8/12/2020 | 18:38
#149006
La vida te conoció honesto.- Que siempre te ilumine la Luz que no tiene fin.- Un abrazo.-
8/12/2020 | 12:59
#149005
Nos dejó un hombre de bien; supo ganarse el respeto e hizo lugar compartir el prestigio de una flia tradicional de Catamarca. QEPD querido Arquitecto.