Hubiera reducido el riesgo de ahogos

El proyecto que nunca se concretó en el “canal de la muerte”

Eduardo Pastoriza, durante su gestión como concejal capitalino, presentó un proyecto de ordenanza para evitar que se originaran más víctimas fatales.
domingo, 12 de septiembre de 2010 00:00
domingo, 12 de septiembre de 2010 00:00

Cada vez que una criatura se ahoga en el Canal de la Muerte, se prometen acciones para evitar que la nómina de víctimas siga creciendo, pero aunque periódicamente se exprese a nivel oficial la imposibilidad de dar una solución definitiva al problema, existen también medidas que pudieron haberse tomado y nunca se concretaron.
Un caso puntual es la propuesta del ingeniero Eduardo Pastoriza, quien hace una década ideó un proyecto que podría haber evitado víctimas fatales ante los accidentes que se vienen registrando desde hace tiempo en el canal de riego.
Pastoriza presentó su iniciativa en el Concejo Deliberante capitalino, que incluso la aprobó, pero jamás se ejecutó.
El cauce atraviesa cuatro departamentos de la provincia: inicia su recorrido en la localidad de Payahuaico, departamento Fray Mamerto Esquiú, y abastece las colonias de Nueva Coneta y del Valle, con una extensión de 38 kilómetros.

Propuesta olvidada

En 1999, año en que se desempeñaba como concejal por la Capital, el ingeniero Pastoriza presentó un proyecto para frenar con las muertes ocasionadas por el canal.
La propuesta consistía en proponerle a la Dirección de Riego enrejar la porción comprendida a lo largo del tramo de la Capital, respetando una determinada distancia. Una idea un tanto más económica que las elevadas por técnicos, y autoridades responsables de garantizar la seguridad.
“Era una solución mediante rejas, que se iban a intercalar en el cauce del canal”, manifestó Pastoriza al Diario El Esquiú. La técnica consistía en colocar cercas “cada 100 o 150 metros, del desarrollo del canal que cruza la capital, de forma transversal y en todo su ancho, de aproximadamente 0,80 metros de altura desde el coronamiento y hacia la solera de dicho canal, para que en el caso eventual de que la persona se desplome en el interior del canal, sujete a la víctima, evitando un hecho lamentable”, enfatizó.
Literalmente, el proyecto labrado por el ex edil, reconocía, que si bien no se trataba de un diseño totalmente preventivo, “podría colaborar a que un accidente no se transformara en muerte”. Además, ponía de manifiesto que pese a que no era fácil dar una solución que no afectara las tareas de mantenimiento, limpieza, reparación, entre otros aspectos, era imprescindible actuar por el peligro que representaba hace “más de treinta años”, a la población, particularmente la infantil.
“Yo incluso había hecho un diseño, que fue aprobado en el Concejo Deliberante”, manifestó el ex diputado Nacional. Sin embargo, nunca se puso en marcha.
Éste fue uno de los tantos planes estratégicos para evitar que se siguieran registrándo víctimas fatales.
Otras propuestas, consistían en tapar el cauce con bolsas de hormigón, colocar zarandas metálicas o lozas premoldeadas.

Desidia

Ante el evidente peligro que representan los 38 kilómetros de extensión del canal de la muerte que atraviesa el Valle Central, los pobladores de las distintas zonas y localidades que abrazan el cauce solicitaron en reiteradas oportunidades que sea cubierto para prevenir más muertes.
No obstante, días pasados, autoridades de Agua y Ambiente desecharon por completo una de las proyecciones técnicas que serviría para evitar que se produzcan más accidentes con consecuencias fatales.
La respuesta oficial fue una negación rotunda, insistiendo en la inviabilidad de tapar por completo la obra que cobró la vida de docenas de niños, en razón del alto costo que representa la misma.
Aunque las autoridades se remiten a la imposibilidad de ciertas obras para revertir la peligrosidad del cauce, la indiferencia que pareciera revestir a la situación, no logra y no logró hasta el momento, brindar soluciones certeras, razón por la cual aún son muchas familias las que deben lamentar pérdidas irreparables.

Demasiadas víctimas en la nómina

El “Canal de la muerte” se cobró decenas de vidas en los últimos años, particularmente de niños pequeños y de familias humildes, que son las que pueblan los asentamientos instalados cerca del cauce.
El caso más reciente ocurrió el pasado 4 de septiembre, cuando Marcos Ismael Chávez, un niño de apenas 5 años de edad, perdió la vida después de haber estado jugando en inmediaciones del cauce que se encuentra ubicado en el barrio Santa Marta. El niño fue arrastrado 300 metros por el canal. Cuando lograron sacarlo, el niño se encontraba sin vida.
Un suceso similar sucedió el 20 de diciembre del año pasado, cuando un pequeño identificado como Benjamín Perea de 3 años cayó al canal mientras jugaba en el fondo de su casa, en el barrio Los Pinos, en Polcos -Valle Viejo-.
La muerte del niño generó airados reclamos de los vecinos para que se cubra el cauce que continúa presentando un latente peligro para lo pobladores. Pero hay más casos.

1999, Abril: Muere un hombre oriundo de Tucumán. Se trata de Armando Valdivieso. En noviembre de registra un hecho similar, cuando encuentran sin vida a Kevin Regalado, a unos metros de Sumalao.
1997, Enero: Un nene de un año y meses, es hallado en cercanías de la posta sanitaria ubicada en Santa Rosa. El niño cae a la altura de la localidad de Polcos. Un mes más tarde encuentran el cuerpo sin vida de un hombre de 60 años, que sufrió una descompostura mientras se bañaba en el canal.
En Julio del 97, por la fuerza del canal, Luis Eugenio Valdéz, un niño de dos años, es arrastrado desde la altura de La Ermita, Valle Viejo, hasta Sumalao.
1995, Noviembre: Una niña de un año y medio, es encontrada sin vida en cercanías de la iglesia de Sumalao, luego de que la cor-riente del canal la arrastrara a unos metros de su vivienda. Un hecho similar se repite, esta vez en el barrio de Alcira Sur, cuando otra beba de un año y medio es encontrada a la altura de El Pantanillo.
Lamentablemente, la lista continúa y la nómina es incompleta porque son tres décadas de “accidentes”, y el temor es que se sumen más víctimas.

La propuesta olvidada

El proyecto de comunicación presentado por el ingeniero Eduardo Pastoriza es una de las iniciativas más viables entre las diversas técnicas evaluadas y expuestas ante las autoridades para contribuir a minimizar los riesgos de que sigan muriendo niños en el canal.
El texto de la iniciativa aprobada hace una década atrás expresaba textualmente lo siguiente:

“El Concejo Deliberante sanciona la siguiente comunicación:

Artículo 1º: El Concejo Deliberante vería con agrado que la Dirección Provincial de Riego, construya, salvo mejor criterio técnico, en el canal que lleva agua a las colonias, rejas cada 100 o 150 metros. en forma transversal al eje, de 0,80 metros de altura desde el coronamiento, hacia la solera de dicho canal.

Artículo 2: De forma”.

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