Hacia el filo de la medianoche del 23 de enero, cuando nadie lo podía predecir, dejó de existir en esta ciudad el reconocido empresario de la publicidad Daniel Lavatelli, una persona ampliamente conocida por la sociedad catamarqueña.

De larga historia en nuestro medio, tras cumplir actividades laborales y de dirigente sindical en la provincia de Córdoba, volvió a Catamarca varios años después del golpe militar de 1976 que, como se sabe, lo había llevado a estar detenido por su calidad de sindicalista,  por más de tres años, en la provincia mediterránea.

Casado con Silvia Atencio, quien lo acompañó toda la vida, rehízo su vida en Catamarca y de fojas cero se convirtió en un empresario de punta, siempre acompañado por su esposa.

Cumplió tareas generales en el diario La Unión hacia fines de 1980 y después formó su propia agencia de publicidad (“Lavatelli Publicidad”), la que llegó a competir “mano a mano” con las grandes de la época, como Sagitario Producciones, Tesis Publicitaria o Hausberger Publicidad, todas ya desaparecidas.

Lavatelli destacó en su vida por su don de buena persona y de empresario comprometido con su trabajo y sus compromisos, a lo que supo cumplir con precisión casi matemática.

Su hijo, que lleva su mismo nombre, cabe destacarlo, es actualmente diputado provincial por el Frente de Todo y nadie puede discutirle que, durante su mandato, vino bregando por causas nobles y solidarias.

Desde El Esquiú, por su supuesto, ratificamos ampliamente  las calidades personales de Daniel y damos fe que no pasó desapercibido por la vida.

¡Haya paz en su tumba!

El Esquiú