Los e-books son dispositivos que leen todo tipo de documentos electrónicos en formatos de texto, desde los generados con Word a los PDF, pasando por TXT, RTF y HTML. Al tener pantalla de cristal líquido, aprovechan las ventajas de las nuevas tecnologías del papel y la tinta electrónica con óptima resolución. La accesibilidad es el punto fuerte del libro electrónico. Ya que con él se puede leer casi cualquier documento en cualquier lugar, con luz, debido a que no tiene retro-iluminación, como es el caso de otros dispositivos de mano; o una computadora. Esto es como leer un libro en papel; sin cansancio alguno para la vista por lo que se puede llegar a estar más horas leyendo sin que ésta se perjudique. También permiten resaltar textos, hacer marcas de párrafo, y buscar por título o autor. Son livianos, se conectan a Internet y a la PC, y tienen capacidad como para que el usuario cargue con varias bibliotecas.
Otra de los buenos elementos es que los e-books más avanzados tienen conexión a Internet, con lo que pueden conectarse con los principales portales de venta de libros electrónicos, así como descargarse las ediciones en PDF de los diarios de papel.
Pero más allá de todas estas ventajas y lejos de las profecias de los gurúes que anunciaban el fin de los libros de papel, los lectores argentinos no son fáciles de tentar con los modernos formatos electrónicos.
Quizás sea solo una cuestión de costumbre o de romanticismo o que lo encuentran más aburrido y un tanto mas incómodo.
Sin embargo en países como Estados Unidos las ventas de ebooks se triplicaron en los últimos meses con la baja de los precios y hasta han llegado a superar en ventas a libros físicos.
En el último trimestre la famosa tienda online Amazon ha vendido un promedio de 143 libros electrónicos por cada 100 libros vendidos en formato papel (hay que tener en cuenta que el stock de libros en formato papel aún es muy superior al de libros electrónicos).
La revolución en la venta de libros electrónicos parece haber comenzado