Alternativa energética de futuro

Higroelectricidad

Científicos de la Universidad de Campina, en Brasil, están desarrollando dispositivos similares a los colectores de los paneles solares para captar y aprovechar la electricidad del aire.
lunes, 6 de septiembre de 2010 00:00
lunes, 6 de septiembre de 2010 00:00

La American Chemical Society (ACS) presentó un prouyecto para aprovechar la electricidad presente en el aire y convertirla en una fuente energética alternativa. Según publica esta organización en un comunicado, la idea sería crear dispositivos que capturen la electricidad del aire, de la misma manera que los paneles solares captan la luz del sol, para luego usarla para iluminar las casas o recargar coches eléctricos, entre otras muchas aplicaciones.
Estos mismos dispositivos, situados, por ejemplo, en los tejados, servirían, además, para proteger a los edificios de los rayos y de las tormentas.
Investigadores de la Universidad brasileña de Campinas, liderados por el profesor Fernando Galembeck, trabajan actualmente en el desarrollo de dichos dispositivos.
Su trabajo está basado en un concepto energético novedoso: la higroelectricidad. Este concepto hace referencia a un tipo de electricidad estática que se forma en las gotas de agua, y que puede ser transferido desde dichas gotas a pequeñas partículas de polvo. Esta electricidad sería la responsable de que, bajo ciertas condiciones, como las que se dan en las tormentas, las erupciones volcánicas o las tormentas de polvo, se produzcan los relámpagos.
La higroelectricidad se da comúnmente en la atmósfera terrestre, pero también había sido observada a menor escala, en el vapor que surge de las ollas cuando el contenido de éstas es calentado.
Ya el ingeniero Nikola Tesla, a principios del siglo XX, imaginó que se pudiera aprovechar la electricidad del aire, una idea que entonces no se pudo aplicar pero que ha revivido con estos estudios.
Anteriormente, los científicos habían creído que las gotas de agua de la atmósfera eran eléctricamente neutras, y que permanecían así incluso después de entrar en contacto con las cargas eléctricas presentes en partículas de polvo o en las gotas de otros líquidos.
Sin embargo, evidencias científicas recopiladas recientemente sugieren que el agua de la atmósfera realmente contiene una carga eléctrica.
Galembeck y sus colaboradores confirmaron esta idea en experimentos de laboratorio en los que simularon el contacto del agua con partículas de polvo en el aire. Para la simulación, utilizaron finísimas partículas de sílice y de fosfato de aluminio, sustancias aéreas muy corrientes.

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