La Maternidad Provincial es una realidad. Demoras y objeciones al margen, el centro de salud ya está funcionando, y constituye una obra importantísima para la comunidad catamarqueña. Así como se cuestionan y critican los gastos del Gobierno cuando no parecen priorizar las necesidades de la gente, en esta oportunidad se debe reconocer el notable avance que implica para la provincia contar con un lugar de las características del flamante edificio.
Ubicado a pocas cuadras del centro, en un predio de aproximadamente 6.800 metros cuadrados de superficie, la Maternidad albergará a las madres con sus hijos recién nacidos hasta los 30 días de vida. Se diseñó un espacio acondicionado con 44 camas y la unidad de terapia intensiva neonatal con 41 unidades equipadas con la más alta tecnología.
El edificio consta de accesos diferenciados para servicios de cirugía y parto, consultorios externos, admisión, laboratorio con espera de pacientes, áreas conectadas con acceso libre a las plantas superiores, para comodidad y mejor atención de quienes ingresan. Hay baños públicos, incluyendo sanitarios para discapacitados en todos los sectores; consultorios, sala de ecografía, consultorios de guardias, de neonatología y obstetricia, sala de rayos X, salidas de emergencias y sala de quirófanos, centro obstétrico, sala de recuperación de parto, farmacia, sala de esterilización, cocina, lavadero, sala de incubadoras y de odontología.
Es, en conjunto, un lujo; una obra de la cual bien puede enorgullecerse el Gobierno. Resta ahora la segunda etapa, que es dotar esta infraestructura del recurso humano adecuado, para que el nuevo centro asistencial perdure y crezca en calidad de atención para beneficio de todos los catamarqueños. Entonces sí, se habrá cumplido plenamente la misión. Pero por lo hecho, no queda más que felicitar a las autoridades y responsables de este magnífico proyecto cristalizado pensando en la salud de la población.