Esta medianoche comenzará el feriado del carnaval, un hecho inédito para los jóvenes argentinos, ya que la histórica celebración popular se vuelve a realizar nuevamente, luego de 35 años, tras la prohibición dispuesta por la última dictadura militar.
La denominación “Carnaval Federal de la Alegría”, impulsado por la Presidencia de la Nación y ejecutado por el Ministerio de Turismo y la Secretaría de Cultura de la Nación, despertó algunas polémicas, pero no deja de ser un logro la recuperación de un momento colectivo que se disfrutó hasta el golpe militar de 1976, cuando el entonces dictador Jorge Rafael Videla emitió un decreto -el 6 de junio de ese año- anulando del calendario el encuentro festivvalero.
La restitución de estos feriados se inscribe oficialmente dentro de la recuperación de la identidad, la memoria y la alegría que representan los festejos de esta histórica fiesta popular, y tras un largo reclamo de las agrupaciones carnavaleras.
El feriado nacional de carnaval, que normalmente cae en febrero, este año es el 7 y 8 porque se festeja 40 días antes de Pascua.
En cada región del país se lo vive de un modo diferente, de acuerdo con la región geográfica cultural.
En la región noroeste andina, las celebraciones de carnaval señalan la subsistencia de antiguas tradiciones indígenas pertenecientes a la civilización andina prehispánica. Los hitos más importantes dentro de las ceremonias de carnaval son el desentierro y el entierro del diablo de carnaval.
En la región mesopotámica, limítrofe con Brasil y Uruguay, existen importantes celebraciones en un estilo similar al carnaval brasileño, aunque con elementos de la cultura rioplatense como el candombe. En la Provincia de Buenos Aires, se celebra en las calles, con murgas y bailes, y en La Rioja con la tradicional chaya y la harina.
Para muchos, la historia recién comienza, y tendrán que escribir sus primeros capítulos, para que las próximas generaciones sostengan la tradición perdida, que ahora se recupera.