A fines de agosto pasado, el Ejecutivo envió a la Legislatura provincial el proyecto de Ley de Seguridad. El martes 4 de septiembre, el ministro de Gobierno se reunió con los presidentes de los distintos bloques de la Cámara de Diputados para explicarles los fundamentos del proyecto como también algunos aspectos sobresalientes.
Durante los últimos dos meses y medio nuestro diario dio a conocer reuniones realizadas por diputados con distintos sectores involucrados en esta materia y también difundimos opiniones expresadas por medio de cartas. Una de ellas fue la del policía Mario Casas, que mostró su desacuerdo con la iniciativa entre otras razones porque “prohíbe el arresto de toda persona salvo in fraganti delito. Es decir, hay que esperar a que el delincuente viole, mate, robe y recién proceder a su arresto”. Esa cláusula fue vista por otros sectores como algo positivo, aduciendo que hay una lamentable historia de abusos en arrestos, por la arbitraria atribución que tienen los policías en este sentido.
Mientras tanto la inseguridad frente a tantos delitos crece de manera preocupante. Entonces hacen falta cambios y que éstos sean estructurales.
El tema necesita ser tratado a fondo, pero también con urgencia. Por esa razón asombró el argumento dado por la diputada del FCyS Verónica Rodríguez cuando se trataba este proyecto en sesión, al decir que el despacho de la comisión “se hizo en veinte minutos”, expresión que a su turno repitió Juan Pablo Millán de la misma bancada. El proyecto igualmente obtuvo la media sanción, aunque no podrá ser tratado este año por el Senado.
En realidad todo indicaría que el radicalismo nunca tuvo intenciones de abordar a fondo la cuestión de la inseguridad y ahora que el nuevo gobierno lo quiere hacer, pretende entorpecer esa necesaria reforma.
La realidad exige celeridad en este tema y por lo tanto es importante que se avance aunque haya quienes quieran poner un palo a la rueda.