La nueva medida cautelar a favor del Grupo Clarín, cuando el kirchnerismo se aprestaba a celebrar el 7D, representó un bombazo que estalló en todos los sectores de la política y que, a no dudarlo, influirá en el futuro de la Argentina. A quienes ignoran el fondo de la cuestión precisamente política, les decimos que no se trata de un partido de fútbol donde los fallos se festejan o sufren como si fueran goles. Lo que ocurre en el país no se compara con nada. Se trata de una batalla que no va a dejar contusos o heridos, sino que va a determinar la muerte política de uno o sus distintos actores. Ni el gigante mediático puede cantar victoria, ni el gobierno piensa declinar en los objetivos que persigue desde que Néstor Kirchner lanzó aquel “Qué te pasa Clarín”, que tampoco fue chiste. Se trató de una declaración de guerra que dura hasta el presente y tiene resultado incierto.
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¿Tiene algo que ver la Ley de Medios con Catamarca? Sí. El gobierno nacional peleará a fondo, como lo hace siempre, por imponer el criterio de democratizar la palabra y combatir los monopolios. Ni piensa en levantar una “bandera blanca”, contemporizar o aplicar un término medio. En la lid ganará o perderá todo. Hasta la propia conducción, nos animamos a decir. Y si ello ocurriera, el gobierno de Catamarca sufriría un golpe mortal, impensado para quienes habitan hoy en Casa de Gobierno. Así fueron las cosas con la resolución 125 y así serán con la ley de medios. A pura sangre.
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Ayer nomás, a horas del fallo pro-Clarín, el gobierno llegó a la Suprema Corte pidiendo la nulidad de todo lo actuado por jueces considerados sospechosos y adictos al multimedios. No sólo hubo eso: las principales espadas de Cristina fueron contra la Justicia con “los tapones de punta” y muchos de sus conceptos se repetirán en la fiesta de la democracia que, en la Plaza de Mayo, se realizará mañana. También habrá festejo en Catamarca por esta razón, por varias otras y porque Lucía cumple el primer año de gobernadora.