Algunos medios locales han planteado nuevas dudas en relación al Telebingo que, el pasado 29 de diciembre, organizara la Caja de Prestaciones Sociales de Catamarca (CAPRESCA). Por ahora lo consideran “polémico” y lo comparan con “trucheces” que sucedieron -durante el gobierno radical- con el famoso megafraude de las fundaciones, un curro que consistía en el dictado de cursos a los que asistían escasa cantidad de personas y por los que se cobraban cifras millonarias. Creemos que entre aquello tan turbio (aunque llegaron a darle forma legal) y esto de ahora hay una diferencia enorme. Primero porque el Telebingo, además de tener un reglamento propio, persigue objetivos loables como ayudar a varios clubes e instituciones de bien público como la fundación Soles, la cooperadora del Hospital de Niños “Eva Perón”, la cooperadora de la Casa Cuna y la Maternidad Provincial. De paso cumple con los objetivos fundacionales del organismo público que, precisamente orientado a realizar PRESTACIONES SOCIALES, se creó en la década del 80.

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Sobre el tema y para una mejor comprensión de la gente hay que hacer un poquito de historia. En Catamarca, desde hace unos años, se realizaba un bingo muy parecido al actual que, supuestamente, lo organizaba el Club Sportivo Villa Cubas. Todo el trabajo logístico estaba a cargo de un empresario salteño que, en contraprestación, pagaba la publicidad en algunos medios, tributaba en la provincia y le dejaba una ganancia más o menos jugosa a quien prestaba el nombre, o sea Villa Cubas. Por supuesto, la gran tajada del negocio era para él y estaba muy bien que así fuera. Al fin y al cabo era el organizador y el que corría con los riesgos, no todos porque la premiación dependía de los cartones distribuidos. También se hacían bingos en otros clubes, mucho más modestos que el “villacubano”, y en la mayoría de los casos había una persona que se encargaba de la organización y pagaba un porcentaje. La nueva administración de la CAPRESCA, que conoce “al dedillo” el alcance de estos negocios, consideró con buen criterio que el dinero que sale de los bolsillos de los ciudadanos de Catamarca podía quedar en Catamarca, en vez de que alguien se lo lleve hacia otras latitudes o a faltriqueras particulares.

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La primera embestida contra el Telebingo fue al día siguiente del sorteo. La gente cargó por los medios y las redes sociales denunciando un “tongo” porque no se dieron a conocer allí mismo los nombres de los ganadores. El detalle fue explicado perfectamente en un programa matutino de Radio Valle Viejo y quedó claro que el reglamento se ajustaba a lo actuado por la CAPRESCA. Ahora, el nuevo blanco de las dudas es la fundación CreSiendo que, conforme a los números finales del primer Telebingo, cobró la suma de $1.525.000. Al respecto hay que decir algunas “cositas” que deberían explicar los funcionarios: cuando se organizó el juego se solicitó la colaboración de la Cámara de Agencieros de Catamarca, o sea los quinieleros, y al mismo tiempo se creó esta fundación, a través de las cuales se iban adquirir premios y amortizar costos generales, por supuesto más baratos que lo que se le cobra al Estado. Aquí radica el verdadero problema. El Estado tiene la obligación de hacer las cosas como corresponde y los funcionarios explicarlas hasta el cansancio para despejar hasta las mínimas dudas, como las que están planteadas en este momento. Y lo que no se hace a tiempo, después tiene costos adicionales. Ahora hay que mostrar los convenios como única forma de ahuyentar los fantasmas de corrupción. Y en el supuesto que todo esté bien, lo mismo se paga un tributo de confianza con la gente que ya ha recibido información previa que habla de “polémicas” y cuestiones poco claras.

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Está muy bien que los medios se preocupen por la transparencia pública, como en este caso que por el Telebingo se apuntan los cañones contra la CAPRESCA. ¿Y del Casino, que también debería estar bajo el control de la institución, nadie dice nada? Fue por allí que la provincia perdió una fuente de ingreso que en otras provincias es considerada vital para atender las necesidades del Estado. En varias de ellas, junto a la coparticipación federal o regalías de cualquier tipo, el juego es una de las dos o tres patas que apuntalan la economía. Aquí la privatización fue un negocio espurio, después el casino pasó de mano en mano y, actualmente, sus propietarios viven en el extranjero y ni siquiera conocen la provincia. Aparte fueron beneficiados con una prórroga ordenada por el doctor Oscar Castillo -a días de dejar la gobernación, en el año 2003- que impidió que la provincia llamara a licitación y consiguiera un mejor arreglo. También en aquella prórroga se modificó el pago: en lugar de que la CAPRESCA cobrara un porcentaje por los juegos, que no debía ser inferior a los 40.000 dólares, conforme la letra inicial de la privatización, se pasó a un monto fijo de 50.000 pesos mensuales. Si consideramos que en cualquier Casino del país, no el nuestro, un jugador puede arriesgar ese monto en una sola tarde o noche, estamos hablando de un verdadero despropósito. Pero esto no es nada en relación a otras cuestiones del Casino, todas dignas de admiración por las ventajas que recibieron de la administración radical. Prácticamente les regalaron el negocio y encima todas las instalaciones del predio de Caseros, Esquiú y Ayacucho ya no pertenecen a la provincia. Esto último y haber “reventado” la fuente de trabajo que existía hasta aproximadamente los años 1992 ó 1993, forman parte de un formidable negociado que sí merecería ser explicado por todos los actores sociales y, obviamente, por los medios de comunicación.

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El Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, ha declarado que no tendría problemas en disputar una interna con José Manuel De la Sota por la candidatura presidencial. Si bien es cierto que todavía falta mucho para el 2015 y hasta entonces pueden pasar muchas cosas en el lábil mundo de la política, la información interesa a los catamarqueños porque el principal representante del antikirchnerismo en la provincia, el gastronómico Luis Barrionuevo, es un hombre muy cercano tanto a Macri como a de la Sota. También la información es de interés de los radicales locales que, a fines de 2012, acercaron posiciones con el Jefe de Gobierno de Buenos Aires. En ese momento, acordaron estrategias para las elecciones que podían realizarse en marzo y que la gobernadora las traspasó para octubre.

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Febrero es tiempo de cosecha del membrillo, la fruta que en el departamento Andalgalá tiene una producción de aproximadamente 3 millones de kilos. Por supuesto que está cifra supera totalmente al mercado local, por lo que gran parte viaja en camiones a Mendoza donde se la comercializa por centavos. En 2012, por ejemplo, se pagó 60 centavos el kilo. El tema tiene comentarios recurrentes. Desde hace 30 años se habla de la “pulpadora” o fábrica procesadora de pulpa de membrillo de Huachaschi, perteneciente a la cooperativa “El Fuerte” que, el año anterior, recibió importante ayuda para motores y arreglos en el predio. Lo que no aparece es el dinero para la compra de la fruta a los sufridos productores. En base a esto, el gobierno estudiaría otorgar un crédito a la cooperativa -se habla de $300.000- con la obligación que el porcentaje mayor se destine a la compra del membrillo, además de los gastos operativos de procesar y acopiar la pulpa. El precio de ésta última crece un 100% en relación a la fruta y se la puede mantener varios meses en estado óptimo, lo que permite una mejor comercialización. Otra alternativa que se comenta por los pagos andalgalenses es que parte de las regalías mineras se podrían aplicar a un convenio entre la Secretaría de Producción de la comuna (a cargo del ingeniero José Luis Olaz) y la fábrica Rodríguez Hnos., que produce los tradicionales dulces Chaquiago. Se podrían, en ese supuesto, lograr 600 mil kilos al final del circuito: la comuna le compraría la fruta al productor a cierto precio y con la venta del dulce se pagaría una segunda parte. Todas son buenas ideas y ojalá la apuesta del membrillo acerque a la comuna andalgalense con el gobierno central. Seguirlo vendiendo a 60 centavos es un crimen.

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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Cerramos este jueves de “Apuntes” con la recordación de hechos que sucedieron un cuarto de siglo atrás.
El 17 enero de 1988 regresa a Catamarca el Regimiento de Infantería Aerotransportada 17, que había sido enviado a Tucumán para recuperar el Regimiento 19, copado por partidarios del teniente coronel Aldo Rico. Eran tiempos en que se mantenían las tensiones entre elementos reaccionarios del Ejército y el gobierno constitucional del doctor Raúl Alfonsín. El ingreso del regimiento local a la plaza 25 de Mayo fue encabezada por el teniente coronel Raúl Pablo Barilleau, jefe de la guarnición local, quien presentó sus saludos al gobernador, el doctor Vicente Leónides Saadi.

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El 18 de enero de aquel año asume como director titular del Banco de Catamarca el gremialista Juan Arnaldo Brizuela. Lo pone en funciones, en presencia de empleados e integrantes del gremio, el ministro de Economía, doctor Guillermo Oviedo. Demás está decir que todavía en esos años la institución mantenía un presente de mucha importancia. Después, especialmente a partir de créditos que contrajo con los bancos Extrader y Feigín, comenzó la debacle que la llevó a su desaparición durante el gobierno castillista.