Realidad nada oculta

sábado, 19 de enero de 2013 00:00
sábado, 19 de enero de 2013 00:00

Detrás de las usurpaciones de viviendas, reflejadas en los distintos medios de comunicación de Catamarca en muchas oportunidades, asoman otras realidades que deben ser revisadas y corregidas.
Por demasiado tiempo las adjudicaciones de viviendas padecieron la falta de transparencia en su método. En los listados aparecían nombres de personas que aparentemente se habían anotado mucho después de otras que soportaban una muy larga espera. Hubo incontables denuncias de entregas de estas unidades habitacionales a parientes y amigos de funcionarios que las usaban para fines no contemplados por el IPV para seleccionar a los beneficiarios. Y en medio de un barrio inaugurado y habitado, algunas casas permanecían sin moradores cuando se supone que si recibieron la vivienda es porque la necesitaban con urgencia. Y se podrían citar más situaciones, pero este pantallazo es suficiente para describir hechos que la sociedad ha de recordar bien.
Y como la impotencia ante reiteradas inequidades suele dar lugar a la búsqueda de la justicia por mano propia, la usurpación de casas se fue haciendo cada vez más frecuente. Quienes lo hacen consideran que están en todo su derecho porque las necesitan, están edificadas (aunque no siempre terminadas) y deshabitadas. “Nadie nos atiende, cuando lo único que queremos es que nos escuchen y lleguemos a una solución que nos beneficie a todos. Antes en esas casas se drogaban y se metían los ladrones, en cambio ahora vivimos familias; los vecinos están contentos con que estemos ahí”, dijeron las mujeres que ocuparon viviendas en la zona norte de la ciudad capital, que ahora recibieron la orden judicial de desalojarlas.
El derecho constitucional de contar con un techo propio no puede objetarse y el Estado debe salir en auxilio de quienes más lo necesitan. Y lo tiene que hacer con mecanismos transparentes que aseguren la entrega de casas a quienes cumplen con todos los requisitos y de acuerdo a una transparente clasificación de urgencias y realidades de cada grupo familiar.
Lógicamente, será necesario también multiplicar la construcción de barrios para cumplir con la vasta demanda existente.
 

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