Editorial

Nos concierne

sábado, 26 de enero de 2013 00:00
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Urgidos por las necesidades cotidianas y con la mirada puesta en lo cercano, no siempre disponemos de atención para justipreciar hechos que se ven como ajenos a nuestra realidad pero que sin embargo inciden, aunque indirectamente, en nuestra calidad de vida.
Algunos de esos hechos son los procesos de integración regional o continental que se dan entre países de distintos puntos del planeta. Comenzaron en el siglo XX con la intención de establecer políticas aduaneras y comerciales en general, que beneficiaran a los países que se integraban en una entidad determinada. Algunos procesos morían antes de empezar, mientras que otros avanzaban rápidamente, aunque en el camino tenían tropiezos. Las naciones que decidieron integrarse en alguna organización fueron fortaleciéndose frente a otros países o regiones, por tener una mejor posición negociadora. Una de estas organizaciones es la que hoy conocemos como Unión Europea, un ente supranacional con atribuciones políticas, jurídicas, de defensa y sociales, además de económicas. Por décadas llevó la delantera respecto de otras alianzas entre países.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) –por otra parte- es un organismo intergubernamental, heredero del Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y del Caribe (CALC) que promueve la integración y desarrollo de los países latinoamericanos.
La UE le llevó la delantera por mucho tiempo a la CELAC, aunque actualmente la crisis global reacomodó las cargas.
En este marco, mañana será la Cumbre Celac-UE en Chile con representantes de los 61 países de ambos bloques regionales, 33 de los cuales son latinoamericanos y caribeños. Entre otros objetivos, el encuentro se propone construir una Alianza para el Desarrollo Sustentable que promueva inversiones de calidad social y ambiental, como también mejoras sustanciales en materia de educación, ciencia y tecnología, innovación y emprendimiento, e igualdad.
Intereses encontrados entre países y regiones pueden dificultar el logro de estos objetivos, aún así la Cumbre vale nuestra atención y seguimiento.
 

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