Con más incertidumbres que certezas, llega al final la campaña política para las elecciones de medio término que se concretarán el 27 del corriente en todo el territorio provincial. Los últimos actos, incluidos los de cierre, se pueden hacer hasta el jueves a la noche ya que, a las 8 de la mañana del día siguiente, comienza a regir la veda y queda prohibida cualquier actividad proselitista. De esta manera se completará el año electoral 2013, aunque nadie descarta que hasta la asunción de las autoridades -lo que ocurrirá formalmente el 10 de diciembre- se mantengan los escarceos políticos y hasta se produzcan movimientos relacionados con el resultado de las elecciones en Catamarca y el resto del país.

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Las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), llevadas a cabo el pasado 11 de agosto, sirven como dato fresco para estos comicios que se cumplirán en coincidencia con el tercer aniversario de la muerte del expresidente, Néstor Carlos Kirchner. De hecho, siempre se dijo que las PASO hacían las veces de una gran encuesta antes de la elección definitiva y en verdad que sus inspiradores -el kirchnerismo- no se equivocaron en este sentido. En la mayor parte del país, salvo pequeños cambios, se calcula que se mantendrán los guarismos de agosto y sólo pueden producirse variantes en distritos donde las diferencias hubieran sido muy estrechas, que es el caso de Catamarca. En este sentido, el periodista Charlie Fernández adelantó el domingo a la tarde por A24 que, según mediciones de varias encuestadoras, en San Juan, La Rioja y Catamarca podrían darse vuelta los resultados a favor del oficialismo. Se trata apenas de un dato, compatible con la realidad, pero para saber la verdad habrá que esperar hasta la tarde-noche dominical.
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De lo que estamos seguros, aunque por allí se logren números parecidos a agosto, es que será una elección distinta. Como lo dijimos a lo largo de la campaña, no es lo mismo una compulsa con cuatro precandidatos -Tomassi, Brizuela, Barrionuevo y José Antonio Sosa- que aspiraban a la diputación nacional, que otra en la que se eligen diputados, senadores, concejales y hasta dos intendentes, lo cual puede dar lugar hasta los cruces más impensados. Aparte, el domingo competirán otras fuerzas, como los partidos de izquierda, el saadismo y una escisión del radicalismo, que no lo hicieron hace dos meses atrás y pueden influir en el escrutinio final. De cualquier forma, las referencias principales siguen pasando por las alianzas que encabezan Brizuela, Barrionuevo y Tomassi, que vienen de “contarse las costillas” en aquellas primarias donde el candidato oficialista sacó la mayor cantidad de adhesiones, pero el ganador final fue el Frente Cívico por los votos que aportó “Chichí” para sumarlos a los del exgobernador. Luis Barrionuevo, sin embargo, resultó la gran sorpresa al acumular más del 20% de los votos, lo que le abre esperanzas ciertas de ganar el escaño nacional.

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Por fuera de las referencias y a medida que se acerca el 27, crece notoriamente el interés por lo que pueda suceder en los ocho departamentos donde se elige senador provincial. Es que de acuerdo a sus resultados, se definirá la composición de la cámara de mayor hostilidad que tuvo Lucía Corpacci en sus casi dos años de mandato. Aparte juega el hecho histórico. Mientras Diputados tuvo sus vaivenes y distintos cambios de mando, lo que dio lugar a los debates más acalorados, en Senadores la hegemonía radical, desde 1991 hasta la actualidad, fue indiscutible, a tal punto que funcionó como una verdadera escribanía del Poder Ejecutivo, tanto en los tres mandatos castillistas como en los dos de Brizuela del Moral. Ahora, después de 22 años, hay señales de cambio. La mayoría de ellas provienen de las PASO: el Frente para la Victoria ganó el 11 de agosto en 6 de los 8 departamentos.

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Y si no habría cambio de conducción, por lo menos habrá cambio de nombres. En este sentido, desde el 10 de diciembre, ya no estarán el antofagasteño Luis Eduardo Rodríguez y el paclinense Jorge “Yayo” Agüero, a quienes Oscar Castillo les frenó una nueva reelección por acusaciones veladas -nunca probadas, como ocurrió cada vez que salió con los tapones de punta- referidas a su conducta partidaria. Este hecho, convierte a la disputa en Paclín en una batalla por demás atractiva. Primero porque en las PASO, con Agüero a la cabeza, el FCS le ganó al FPV por apenas 70 votos y segundo porque las acciones del oficialismo chocan con una realidad peligrosa: también allí participa Barrionuevo que, en agosto, sacó preciosos 526 votos. A pesar del retroceso, cabe destacarlo, Paclín es un bastión del radicalismo. Más allá de los 16 años de “Yayo” (1997-2013), tuvo 6 del balconense Ramón Herrera (1991-1997) y 4 de Silvio Savio (1983-1987). El único peronista que alguna vez ganó la senaduría de Paclín fue Jorge Peirano, en el ya lejano año 1987, cuando acompañó la boleta de Vicente Saadi que se impuso en todas partes. ¿Será 2013 el turno de Marcelo Cordero o el intendente Savio continuará con la racha triunfal? El domingo lo sabremos.

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De punta a punta, la campaña estuvo marcada por el tema de la inseguridad, que figura a la cabeza de las preocupaciones de la gente. Todas las agrupaciones blandieron la cuestión y el gobierno hizo correcciones que, necesariamente, deberán tener en el futuro un complemento legislativo. Por ejemplo, Lucía bajo de un plumazo a toda la cúpula policial y el nuevo jefe, de arranque nomás, rompió los protocolos al señalar que “en el 80 por ciento de los delitos se incluye el componente de la droga”. Muy bien Julio César Gutiérrez. Dijo lo que cualquier persona mínimamente informada sabe y por lo que todos los sectores deben trabajar, en razón de que el flagelo de la droga no es un problema “del otro” y, además, está tan extendido que, en el momento menos pensado, le toca sufrirlo a un indolente de la hora actual. También en la temática deberían involucrarse los legisladores de los distintos sectores y, ya sin elecciones a la vista, hacer el firme compromiso de sacar las leyes y las herramientas para que la Policía y el Poder Judicial encaren la gran batalla contra el gran enemigo público que es el narcotráfico. Tiene mucha razón Gutiérrez cuando mensura la penetración de la droga. Valoramos el coraje para decir estas cosas, pero sabemos que con los datos estadísticos no alcanza.

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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Como ocurre habitualmente, terminamos los Apuntes con el repaso de hechos del pasado que puedan relacionarse con la actualidad. Veamos los de hoy.
El 19 de octubre de 1988, el delegado normalizador de la Asociación de Trabajadores del Estado Provincial (ATEP), Agustín Fermín Herrera, ponía en funciones a los integrantes de la Junta Electoral, los que debían determinar el cronograma electoral y llamar a elecciones de quien era hace 25 años atrás el principal gremio de la provincia. Integraban aquella Junta estas personas: Nora Salgado de Aybar, Gladys Marcelina Arias de Gallo, Elías de Jesús Leguizamón y Santiago Jaime Agüero. La primera medida fue otorgar un plazo de diez días para presentar las listas de candidatos. ATEP, lo repetimos, era el gremio de los empleados públicos y tenía un poder de convocatoria muy importante, a punto tal que en los primeros años -1985 a 1987- de la restauración democrática tenía a mal traer al gobierno peronista. Sus paros y medidas de fuerza, encabezados por Emilio Olivera, se hacían sentir. Con el tiempo fue perdiendo fuerza y hoy directamente no existe. Los empleados públicos hacen reclamos a través de los organismos o por una intersindical que, lógicamente, no tiene la fuerza de un gremio formal como el que estamos recordando.

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También en octubre de 1988, un día 20, el candidato presidencial y gobernador de La Rioja, Carlos Menem, junto a Saúl Ubaldini (titular de la CGT), desmienten a Luis Barrionuevo, quien había realizado declaraciones que causaron gran revuelo y señalaban un “posible acuerdo para cesar con los paros nacionales hasta la asunción del nuevo gobierno peronista”. La movida obligó a una reunión entre Menem y el catamarqueño para que éste último hiciera una retractación pública. Luis, finalmente, terminó siendo el jefe sindical de la campaña “Menem presidente” que, en 1989, llevó al poder al riojano.