Cayo Cilnio Mecenas, noble romano -que vivió en el primer siglo antes de Cristo- fue un importante impulsor de las artes, protector de jóvenes talentos de la poesía y amigo de destacados autores como Virgilio y Horacio. Su respaldo a los artistas dio lugar a que su nombre, Mecenas, fuera sinónimo de aquel que fomenta las actividades artísticas desinteresadamente.
El mecenazgo fue haciéndose una tradición de reyes, nobles y personas adineradas que brindaron patrocinio financiero a artistas o científicos, para permitirles desarrollar su obra por el sólo gusto de que esa acción pueda realizarse y también –en gran cantidad de casos- para lucirse juntamente con las creaciones apoyadas.
En la actualidad, los mecenazgos son realizados por organizaciones, tanto públicas como privadas, para la realización de diversos proyectos. También se da el patrocinio, que se diferencia del mecenazgo porque sí tiene un interés económico y es que esté presente una marca en el auspicio de estas actividades. Este tipo de patrocinio es notorio en deportes y en programas de televisión, y en bastante menor medida en las artes y las ciencias. En Catamarca está faltando mecenazgo o patrocinio para las actividades artísticas. Desde las áreas de Cultura -en distintas jurisdicciones- hay apoyo y acompañamiento para muchas manifestaciones estéticas, dentro de una línea de política cultural y un programa de gobierno. Pero la gestión privada de hechos culturales se va debilitando por no contar ni siquiera con un espacio físico. Con la desaparición del local de La Primitiva, se produjo un vacío que afecta no sólo a los artistas sino a la comunidad. Era un espacio abierto, participativo, enriquecedor que virtualmente se ha perdido.
Grandes obras de arte y logros científicos que contaron con mecenazgos, promovieron el desarrollo cultural, social y la calidad de vida de las distintas comunidades donde se llevaron a cabo. Por eso, es de esperar que surjan apoyos para nuestros artistas y gestores culturales.