Editorial

Falencias que persisten

viernes, 8 de febrero de 2013 00:00
viernes, 8 de febrero de 2013 00:00

El verano 2013 trajo consigo algunas sorpresas en lo que respecta al turismo provincial: la presencia de turistas cordobeses, porteños, santiagueños y de otros lugares del país que, dejando de lado destinos tradicionales y masivos -como las playas marplatenses- eligieron la geografía catamarqueña para pasar unos días de descanso. Fue así que localidades como Belén, Andalgalá, El Rodeo, el Este provincial y hasta la calurosa y árida Tinogasta, tuvieron una destacada e inusual ocupación en albergues y alojamientos durante enero, mostrando que muchos viajeros están ávidos de descubir nuevos lugares para sus vacaciones.
De acuerdo con los últimos datos del sector empresario, esta tendencia podría consolidarse durante el fin de semana largo por los feriados del Carnaval.
La mayor presencia de turistas, sin embargo, volvió a mostrar las falencias que persisten en materia de infraestructura hotelera, gastronómica y de servicios generales para atender a los visitantes.
En plena temporada, se pudo ver en algunas plazas importantes -como Santa María, por su proximidad con los concurridos Valles Calchaquíes- que tenían restaurantes cerrados y, a la siesta, era complicado conseguir apenas algo para beber.
Otro problema fue la falta de acondicionamiento de varios lugares de alojamiento -especialmente los llamados “residenciales”, en cuestiones elementales como la ropa de cama o el cuidado de la higiene y estado general de los baños.
Cuestión aparte fueron los precios inflados que muchos comerciantes cobraron por prestaciones deficientes.
Sigue faltando en Catamarca una veradera cultura turística, que convierta a quienes trabajan en este sector en verdaderos “anfitriones” de quienes llegan a la provincia. Sin este cambio de mentalidad, cualquier esfuerzo de promoción quedará en una mera declaración sin el correlato en los hechos.

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