La danza de las candidaturas, a pesar de existir interpretaciones varias, sigue los compases de la música electoral, que se hace sentir en todos los ámbitos del poder. En el Valle Central, el interior de la provincia y la Capital Federal. En el oficialismo y la oposición. En la Legislatura y los Tribunales. En los municipios y los concejos deliberantes. En los bares y los velorios. En las oficinas públicas y dependencias privadas. En fin, en todos lados. Aparte, no hay cuestión institucional que no se la relacione con la política. Ni los hechos que tienen que ver con la Justicia, ni la acción -o la inacción- de los legisladores o la actividad que desarrolle el Poder Ejecutivo. Las miradas, sin excepción, están dirigidas a las elecciones que se desarrollarán, primero en agosto y, complementariamente, en octubre. Pero se entiende que el debate y la disputa electoral han comenzado mucho antes, con reuniones, declaraciones, reclamos de interna o el lanzamiento de precandidaturas.
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Dentro del oficialismo, dos fuentes seguras y con acceso directo a Lucía Corpacci -conductora del Frente para la Victoria y el Partido Justicialista- han confirmado que no habrá internas para los cargos provinciales -si para los nacionales, a través de las PASO- y que las listas definitivas se repartirán atendiendo la proporcionalidad que se estableció en 2011, cuando se conformó “la alianza del triunfo”. En ese marco, se piensa que varios de los funcionarios actuales podrían ser candidatos y, de esta manera, hay especulaciones en torno a ministros como Francisco Gordillo (Gobierno), Noemí Villagra (Salud) o María Julia Acosta (Educación) que podrían terminar como legisladores. También es vox pópuli que se dará participación excluyente a las mujeres y los jóvenes. En cuanto al siempre polémico tema de las reelecciones, solamente habría para tres o, cuando mucho, cuatro de los que terminan el mandato a fines de 2013. Los que más posibilidades tendrían de repetir serían Hugo Argerich, Silvia Moreta y Raúl Chico, quien podría ser el candidato a senador por Santa María.
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Para las candidaturas nacionales, más de uno ha pensado en dos nombres muy importantes en el esquema del poder. Uno de ellos es el vicegobernador Dalmacio Mera y el otro el diputado provincial Jorge Moreno. Al primero se lo aprecia, más allá de diferencias, como un candidato de fuste para enfrentar, por ejemplo, a un Brizuela del Moral si es que finalmente se confirma su postulación en nombre de la UCR. Si bien es cierto que algunos piensan que se pretende “usar” a Mera, no es menos cierto que quien ya fuera diputado nacional puede ver políticamente con buenos ojos esta perspectiva. Un triunfo ante el exgobernador lo mantendría nítidamente en los primeros planos, podría regresar al Congreso en un año -2014- en el que se discutirá el futuro del país y se perfilaría como un candidato a la gobernación en 2015. Toda una tentación el desafío que se le puede presentar a Dalmacio en los próximos tiempos. Sobre Jorge Moreno la cosa es más o menos parecida. Fue uno de los armadores de la alianza FPV-PJ y tiene aspiraciones de seguir influyendo en las decisiones del poder. ¿Qué mejor que una candidatura que lo lleve al escenario mayor que, indudablemente, es el Congreso de la Nación? ¿O acaso las grandes figuras no van precisamente allí? Si alguien tiene dudas hay que preguntarle a Vicente Saadi, Ramón Saadi, Luis Barrionuevo, Oscar Castillo, Brizuela del Moral, etc.
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En relación a los que dejan las bancas de diputado nacional el 10 de diciembre de 2013 hay cosas para decir. El radical Pedro Molas (Frente Cívico), que reemplazó en la banca al extinto Genaro Collantes (apenas había jurado para su tercer mandato cuando enfermó de gravedad), sería el único sin ánimos ni posibilidades de ir por la reelección. Distinta la situación de Mariana Veaute (Frente Cívico) y Rubén Yazbek (Frente para la Victoria). La legisladora, que llegó por decisión excluyente de Brizuela del Moral, hace largo rato que tiene rota las relaciones con la UCR y, en los dos últimos años, ha votado siempre a la par del kirchnerismo. Ello le otorga una remota chance, pero chance al fin, de conseguir la reelección. Y si no lo hace, no se descarta que termine ocupando algún puesto en la administración kirchnerista. El de Mariana es un caso bastante parecido al de Cecilia Porta de Salas, que fue diputada por decisión del radicalismo provincial pero, tras el traspié del 13 de marzo, viró hacia el Frente para la Victoria. En cuanto a Yazbek, que fue quien reemplazó a Dalmacio Mera a fines de 2011, no hay voces que señalen la perspectiva de continuidad en la banca, aunque es seguro que seguiría ligado al Frente para la Victoria, el que le dio posiciones que no había logrado en toda su sinuosa carrera política. Recordemos que también fue diputado provincial por el Frente Cívico, desde junio a diciembre de 2001, cuando mediante otro reemplazo ocupó la banca al belicho Sergio Abel Figueroa, quien había sido designado en el PAMI.
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El nuevo pedido de internas para todos los cargos electivos dentro del PJ que realizó Luis Barrionuevo, al menos por ahora, no pasa más allá de una expresión de anhelo. El hombre, por capacidad y larga experiencia, sabe de sobra que el peronismo en el poder no va a rifar la unidad existente en una interna y también sabe que, en el supuesto de una confrontación de esta naturaleza, sus chances serían, más que escasas, casi nulas. Pero el pedido sirve para producir un hecho político y seguir reforzando su candidatura a diputado nacional por fuera de la estructura partidaria que supo conducir (2003-2009). Pero como no va a haber internas provinciales, tal cual lo adelantamos en el primer bloque, tiene la chance de presentarse en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias nacionales del 11 de agosto, cuyo cierre de lista se producirá el 22 de junio. Allí le puede discutir condiciones a otros candidatos peronistas, inclusive a “los pollos” que presente Lucía y, de esa manera, jugar la interna que está reclamando hoy. No faltan más que 100 días para que se descubran las verdaderas intenciones del titular de la CGT “Azul y blanca”. Por lo pronto se está reuniendo con figuras de escaso relieve dentro del peronismo y hasta se da la paradoja que dirigentes como Jorge Bonaterra -hoy diputado provincial- se resisten a encontrarse en forma personal -como ocurrió la semana pasada- y le mandan apenas un asesor. Así no va a avanzar y, desde nuestro punto de vista, Barrionuevo únicamente tiene futuro si se cae el kirchnerismo. Antes de eso, es muy difícil que pueda recuperar en Catamarca el terreno perdido.
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Se viene una fecha muy importante para la historia de Catamarca. Mañana, 13 de marzo, se cumplirán dos años del triunfo de la alianza Frente para la Victoria-Partido Justicialista que terminó con la hegemonía radical de 20 años consecutivos (dos períodos de Arnoldo Castillo, uno de su hijo Oscar y otros dos de Brizuela del Moral). Por cierto, será hora de hacer balances -sobre 15 meses de gobierno- de lo que significó un cambio que mucho tuvo de sorpresivo. El radicalismo, anquilosado y soberbio en el poder, jamás pensó que podía perder y hasta se dio el lujo de pretender un tercer período de gobernador para una misma persona, un sino poco menos que maldito en Catamarca. Los integrantes de “la fórmula de la derrota” -Brizuela del Moral-Ricardo Guzmán-, paradojalmente, siguen siendo las figuras principales de la UCR y, por decisión del senador Castillo, volverían a ser en 2013 las principales ofertas electorales del sector. Por ello las críticas de la coyuntura. ¿No hay acaso renovación en la UCR y siempre están los mismos?.
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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Terminamos los “Apuntes…” del día de la fecha con el repaso de hechos que sucedieron un cuarto de siglo atrás y que pueden tener alguna relación con el presente.
El 12 de marzo de 1988, el gobernador de La Rioja y precandidato presidencial del Partido Justicialista, Carlos Saúl Menem, promete “terminar con la corrupción administrativa” en la Argentina que, según él, había posibilitado que “en los últimos 18 años el Estado haya sobrefacturado por valor de 40.000 millones de dólares y el sector privado producido quiebras fraudulentas por 10.000 millones”. Sobre las cifras no hay dudas que fueron ciertas. El empresariado argentino hizo estragos a partir de 1973 y especialmente durante la dictadura militar (1976-1983), al término de la cual estaba prácticamente fundido. Lo objetable es que aquella promesa no se cumplió. Carlos Menem llegó a la presidencia -al ganar la interna del 8 de julio de 1988 y las generales del 14 de mayo de 1989- pero jamás combatió la corrupción. Por el contrario, propios y ajenos dicen que su gobierno fue uno de los más corruptos de la historia y, hoy mismo, después de haber dejado el poder hace casi 14 años, tiene problemas con la Justicia. La Cámara de Casación ratificó su condena por contrabando de armas y, de no ser por sus fueros de senador (tiene mandato hasta el 10 de diciembre de 2017), podría terminar condenado a prisión, aunque más no sea domiciliaria.