Editorial

Calidad de vida

viernes, 15 de marzo de 2013 00:00
viernes, 15 de marzo de 2013 00:00

Siempre hubo crímenes y hechos de violencia en Catamarca. Pero la percepción social de estos días es que se están dando casos truculentos en los que las víctimas son mujeres.
Al hablarse de delitos en general es posible que las miradas se dirijan especialmente a policías y magistrados, para interpelarlos acerca de cómo desempeñan sus responsabilidades: Si cuentan con recursos humanos y técnicos para investigar, si tienen la honestidad necesaria para no torcer las causas con propósitos de encubrimiento, si trabajan con la celeridad que hace falta… Pero también las miradas pueden orientarse a otros ámbitos.
Hay delincuentes profesionales, algunos con mentados nombres. Pero también hay personas que caen en el delito por circunstancias que las condicionan. Particularmente se da el caso de quienes actúan bajo los efectos de las drogas –que no distinguen situaciones económicas ni niveles de formación- y, sin ánimo de criminalizar la pobreza, podemos considerar también que hay factores como la exclusión de las oportunidades laborales, educativas y sociales en general, que pueden llevar a cometer faltas de distinta gravedad, por impulso de necesidades básicas insatisfechas.
Estas realidades obligan a mirar a la política (para saber cuánto se está haciendo por la seguridad y también por incluir a quienes están marginados), a la educación (si se está trabajando en los distintos estamentos para formar personas con valores y compromiso), a la familia (espacio primero que debería sostener no sólo materialmente sino también afectivamente a sus integrantes) y muchos sectores más.
Los índices de delitos preocupan a la sociedad en general porque pareciera que no hay una articulación entre los distintos sectores, comenzando por los de mayor responsabilidad, para hacerles frente. Y cuando en medio de esta dura realidad, se dan truculentos casos en contra de mujeres, la alarma es mayor.
No sabemos qué se debe hacer, pero sí que urgen acciones coordinadas y eficientes para garantizar una mejor calidad de vida, eliminando la inseguridad.

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