Una delegación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estuvo esta semana en Catamarca, para mantener reuniones con funcionarios provinciales por la línea de alta tensión que se construye entre San Martín (Capayán) y San Fernando del Valle. Se trata de una obra de vital importancia, ya que constituye un nuevo vínculo -el primero en años- entre la capital provincial y el Sistema Interconectado Nacional. Actualmente se está ejecutando el primer tramo y el Gobierno busca los recursos para financiar la sección comprendida entre la localidad de Divisadero y Valle Viejo. Una vez terminada, la infraestructura permitirá duplicar la capacidad de transporte de energía al Valle Central, beneficiando a miles de usuarios actuales más los que podrían sumarse en la próxima década.

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Aunque la gestión de Lucía Corpacci realizó diversas inversiones para el mejoramiento de la prestación eléctrica -una de las promesas de la campaña que desembocó en la victoria del 13-M-, facilitadas gracias a la ley que declaró la Emergencia de los Servicios Públicos, se necesita de esta línea de 132 KV, iniciada durante el gobierno de Brizuela del Moral, para dar previsibilidad al sistema, no sólo en respuesta a las necesidades hogareñas sino también para la actividad productiva. El sector industrial catamarqueño reclama hace mucho tiempo mejor provisión de luz y Lucía aseguró que estaban en marcha las soluciones. Por eso la importancia de apurar los trabajos y habilitar cuanto antes el tendido.

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Algo parecido sucede con el acueducto Pirquitas-Capital, otra obra inconclusa del gobierno radical que podría aliviar enormemente las falencias históricas en el suministro de agua potable a los barrios capitalinos. La primera etapa se encuentra terminada pero no hay noticias de un plan para ejecutar lo que resta. También aquí urge reactivarla para superar las complicadas coyunturas de cada verano en SFVC.