El azar es una vía que muchos eligen para coquetearle a la suerte soñando con que ésta les haga caso. En un alto porcentaje, optan por esta vía quienes tienen reducidos ingresos pensando en que si se les da, podrán cambiar su estrella. También hay ludópatas que van tras el esquivo albur, aunque caigan una y otra vez en el desengaño.
El sueño por conquistar importantes sumas o grandes fortunas, está en el horizonte de quienes asisten a casinos u otras casas de juego, como también de aquellos que se acercan a una agencia y con unos pocos pesos construyen la ilusión de lograr los ambicionados pozos. Así cada semana las noticias dan a conocer que el Loto, o el Quini 6, entre otros tantos juegos de loterías provinciales o de la Nacional, juntaron millones de pesos que atraen multitudes.
Y si no se trata de una patología que produce un descalabro económico y emocional en quien juega por vicio, es legítimo fantasear con que una combinación de números produzca ese esperado golpe de suerte.
Pero también es menester pensar que si varios días al mes se invierten uno pocos o no tan pocos pesos, que forman colosales bolsas de dinero para que se las lleven unos pocos, dejando a la mayoría sin la ansiada recompensa, también es posible destinar unos pocos o no tan pocos pesos para reunir otras bolsas que se distribuyan entre muchos, que necesitan de lo mínimo indispensable para vivir.
Este fin de semana tenemos una ocasión privilegiada de encuentro solidario. Se realiza la Colecta Anual de Cáritas en la que “la comunidad cristiana sale como Iglesia al encuentro de toda la sociedad, para crear conciencia y promover el compromiso con los hermanos más pobres y excluidos de nuestro país”.
Es una gran oportunidad para que todos pongamos lo que podamos, para paliar urgencias, carencias y desigualdades, promoviendo la calidad de vida de muchas familias.