El Secretario

viernes, 16 de noviembre de 2018 00:13
viernes, 16 de noviembre de 2018 00:13

El fallecimiento del médico Ángel Vega Saragusti causó un fuerte impacto en la comunidad, en particular en ámbitos de la Salud. El profesional, que con algunos inconvenientes cumplió tareas en la localidad andalgalense de Aconquija, murió repentinamente a los 35 años, y el caso despertó toda clase de comentarios, incluyendo acusaciones cruzadas y observaciones de distinta índole. Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) hasta el Colegio Médico, pasando por el senador nacional Dalmacio Mera, fueron muchas las voces que se levantaron en los últimos días para hablar del hecho, en un marco de conmoción lógico por la desaparición de un médico tan joven.
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Difícilmente pueda reclamarse prudencia o ecuanimidad a quienes se expresan desde el dolor, y contemplando el momento varias reacciones son comprensibles. Pero incluso en estas horas, todavía de duelo para sus más cercanos, debe decirse que no es lo más aconsejable sacar conclusiones apresuradas sobre este caso en particular, entre otras razones porque los reales motivos del deceso se desconocen aún.
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Esto no invalida ninguno de los reclamos u observaciones que puedan surgir sobre los problemas -reales- que existen en Catamarca y el país, para la cobertura de cargos en el interior profundo. Es un tema vigente que merece debatirse y analizarse para encontrar una solución. Pero de allí a establecer una relación directa, de causa y efecto, entre las guardias médicas y una muerte tan prematura, hay un trecho peligrosamente frágil. Entre otras razones porque Vega Saragusti se encontraba de licencia y durante seis meses no trabajó en el área pública, de modo que no hay demasiado sustento para vincular en forma directa su trabajo con lo que tristemente ocurrió. Todos los cuestionamientos gremiales deben ser escuchados, toda la situación de la Salud puede ser analizada en profundidad, pero que este desgraciado suceso no se tome como bandera o punto de partida. No propicia un escenario adecuado para el análisis, y deja además la sensación de que puede querer aprovecharse una desgracia para exponer antiguos rencores.

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Satisfacción
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Indiferencia

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