El año que está por concluir fue importante en avances científicos, con algunos logros que pueden contribuir a mejorar o salvar la vida de muchas personas.
En el área de la Medicina, esta evolución es particularmente necesaria para lograr encontrar la cura a enfermedades que cada año se cobran la vida de miles de personas en todo el mundo. Pero además, es importante para lograr comprender las denominadas enfermedades raras o poco frecuentes que atacan a un número reducido de la población y en la mayoría de los casos no tienen una cura determinada.
Este año, el Premio Nobel de Medicina fue para los inmunólogos James P. Allison y Tasuku Honjo, por descubrir cómo nuestras propias células pueden eliminar el cáncer. Esta innovadora terapia contra el cáncer es llamada inmunoterapia y consiste en inhibir las células cancerígenas y las proteínas generadas por algunas células inmunitarias que evitan que las defensas del cuerpo maten al cáncer.
Los únicos trasplantes de útero que se habían hecho provenían de una donante viva. Sin embargo, en 2018 se dio a conocer el primer nacimiento producto de un trasplante de útero de una donante fallecida. El bebé nació en Brasil y fue el primer caso procedente de un trasplante de útero de cadáver realizado con éxito. 
Investigadores del Instituto de Investigación del SIDA IrsiCaixa de Barcelona y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid lograron que el VIH fuera indetectable en sangre y tejidos de seis pacientes gracias a trasplantes de células madre. Las células madre provenían de cordón umbilical y médula ósea.
En materia de cáncer, los avances han sido impresionantes, tal como fue el desarrollo de una prueba capaz de detectar el cáncer en 10 minutos, diseñada por científicos de la Universidad de Queensland.
Otro de los avances en salud más significativos ha sido el desarrollo de parches inteligentes, denominados así por su capacidad de controlar diversos problemas de salud. El parche para reducir triglicéridos y colesterol fue desarrollado por la UNAM y funciona a través de un sistema transdérmico que controla los niveles altos de estas grasas.
Logros humanos que no se detienen, y abren nuevas esperanzas para todos.