Catamarca tiene un pueblo solidario por naturaleza. No sólo ante desastres o cuestiones que ganan estado público se manifiesta esa virtud. Muchas familias, aunque tengan sus propios problemas económicos, tienden una mano en forma silenciosa y anónima a otros que necesitan más.

A veces se trata de juntar ropa que ya no usamos y llevársela a alguien que no puede comprarla. A veces regalando algo que ya no tiene mayor utilidad en casa y otro lo requiere, donando algún aporte a un comedor barrial o con pequeñas colaboraciones.
El catamarqueño es así, y ojalá nunca pierda esa condición: cuando alguien tiene un problema serio lo hace público, porque sabe que la comunidad lo va a acompañar.

Pero hay otras donaciones que también hacen falta, y no siempre encuentran la misma respuesta. Desde 2015, Catamarca tiene su Banco de Sangre. Cualquiera puede acercarse y consultar con los profesionales para sacarse alguna duda y ver cómo puede ayudar. 

En el Día del Donante Voluntario de Sangre, es importante recordar que esa donación de sangre es una necesidad social. Oficialmente se estima que para abastecer las necesidades del país, son necesarias unas 40 donaciones por cada 1000 habitantes y año.

A diferencia de otros puntos del planeta, la donación de sangre en nuestro país es altruista y no remunerada, lo que quiere decir que no se paga por donar. Este principio tiene como fin principal aumentar la seguridad transfusional de la sangre que vamos a transfundir. Hay tres motivos muy importantes para  donar: La sangre no se puede fabricar. Sólo se puede obtener de donantes. Para el donante, es importante recordarlo, no hay ningún riesgo, porque la donación se realiza utilizando materiales estériles de un único uso, por lo que no es posible contraer infecciones mientras dona.

Es importante donar. Más que eso, es imprescindible para la curación de muchas personas. Literalmente salva vidas, y el día de mañana un ser querido o uno mismo puede necesitar esa ayuda... quizás más importante que todo el dinero que podamos dar.