El gobierno de Mauricio Macri será recordado por los pésimos resultados de gestión y por el retroceso en indicadores sociales que había llevado décadas mejorar. Un caso paradigmático es lo que sucedió en el ámbito sanitario. La decisión política de bajarle el rango a Salud -de ministerio a secretaría- implicó también la poda de presupuestos y le quitó al Estado margen de maniobra ante escenarios complejos como el actual, en el que hay números crecientes de enfermedades que se suponían controladas.

En la víspera se conoció que Argentina sufre el peor brote de sarampión desde que finalizó la circulación endémica del virus, hace casi dos décadas. De septiembre a la fecha fueron confirmados 73 casos, la mayoría de los cuales no son importados. Es decir: tuvieron origen local, posiblemente como consecuencia del deterioro generalizado de las condiciones de salubridad de la población.

El grueso de estos casos fueron detectados en la provincia de Buenos Aires, precisamente uno de los sectores del territorio nacional que más pobreza y problemas derivados de ellos registra durante la era macrista.

Similar escenario se plantea con otras patologías que fueron en alza en los últimos cuatro años.
La falta de interés sobre la salud pública, como se señaló antes, se visualiza en la degradación del área del Ejecutivo nacional que debe cuidarla. Fueron siempre gobiernos de corte nacional y popular la que buscaron fortalecerla. La primera vez que salud fue ministerio fue durante la era peronista -1949- y quien Perón puso a cargo -Ramón Carrillo- se convirtió en el mentor de numerosos programas y acciones que permitieron convertir a la Argentina en referente en la materia a nivel mundial. La autodenominada Revolución Libertadora lo disolvió y luego sufrió similar destino durante los gobiernos de Onganía y...Macri.
En apenas este aspecto de la gestión es manifiesta la línea ideológica que vincula en el tiempo a movimientos que siempre estuvieron en contra de la mejora de las condiciones de vida de las mayorías populares.

Hoy se abre un nuevo capítulo en la historia nacional. Un punto de inflexión que debería ser aprovechado para frustrar una nueva restauración conservadora en el país.