Esta semana se realizaron distintas actividades vinculadas con el día que conmemora la Lucha contra el Cáncer Infantil, un tema que difícilmente pueda ser superado en la sensibilidad que despierta, por el sólo hecho de imaginar la situación que deben enfrentar los niños afectados por esta enfermedad y sus familias.

Sin embargo, con lo duro que se presente el camino hacia la recuperación, y aun cuando existe un margen de que no se alcance un final esperado; lo cierto es que hay un gran margen para superar estos cuadros.

Los expertos médicos coinciden, en base a sus estudios y a la experiencia, que el cáncer es un conjunto de enfermedades con una incidencia muy baja en los niños. Y lo más importante: el cáncer en pediatría es curable. 
Inciden muchos factores, como el diagnóstico temprano, el tratamiento adecuado y el cuidado integral del paciente, pero con esas bases la posibilidad de sobrevida puede superar el 80 por ciento.

El cáncer infantil posee características propias definidas, cada una con un nombre, un tratamiento y un pronóstico muy específico.

Por año se diagnostican en Argentina un promedio de 1.320 casos nuevos de cáncer pediátrico, entre 450 y 520 son leucemias de las cuales más de la mitad logran curarse con un tratamiento muy intenso y con requerimientos de instituciones de alta complejidad y profesionales especializados.

En Catamarca hubo avances importantes. Hace algunos años, cada nuevo caso exigía el traslado del paciente a Capital Federal, y ahora casi todos pueden ser asistidos aquí con excelentes resultados, haciendo menos traumática la experiencia para los chicos y sus padres.

Siempre será un tema difícil, pero el diagnóstico no debe derrumbar la esperanza, porque la realidad indica que se puede salir adelante. Luchar es el camino, y brindar a los pacientes todas las herramientas necesarias para hacerlo es la obligación del resto de la comunidad.