Sucede cada tanto, en algún evento oficial o privado del rubro. En esta ocasión, fue la reunión del Consejo Federal de Turismo en donde autoridades catamarqueñas se quejaron por la pobre conectividad aérea de la provincia, que la deja con escasos diez vuelos semanales y siempre con la ciudad de Buenos Aires como único y exclusivo destino.

El panorama no ha cambiado en años, ni siquiera con el actual gobierno que prometió la “revolución de los aviones” con la incorporación de varias empresas low-cost cuya puesta en marcha promovió con ahínco.

Mientras algunos destinos del país, varios sin demasiada promoción turística, han visto mejorado notablemente el servicio, otros, como Catamarca y La Rioja, siguen siendo absolutamente marginales dentro del mercado aerocomercial. Esto, a pesar de que, como se vio con la incorporación de una segunda frecuencia local, la mayor disponibilidad de pasajes y una financiación sin interés empuja la demanda.

Con una distancia superior a los mil kilómetros respecto del principal centro urbano del país y un vuelo asegurado al menos una vez por día, es en las conexiones regionales en donde más se ven las carencias. Es que, con la progresiva expansión nacional de la prestación aérea, se armaron “hubs” o nodos que permiten ir de una provincia a otra o al exterior sin necesidad de pasar por Buenos Aires.

Es así que un catamarqueño o catamarqueña puede encontrar más oferta -y a mejor precio- si sale de Córdoba hacia Santiago de Chile, Lima o San Pablo, y desde ahí al mundo. O desde la Docta a varios destinos dentro de la Argentina. El problema es que se sigue precisando viajar por tierra hasta el aeropuerto mediterráneo, con lo cual se pierden muchos potenciales pasajeros. Por ello se hace necesaria una conexión aérea, al menos, hasta la vecina provincia, que podría estar a cargo de alguna de las empresas que están pidiendo nuevas licencias a Nación.

En las puertas de otro emprendimiento minero de magnitud y cuando los números de la actividad turística muestran cierto repunte, es menester que desde todos los niveles de gobierno se intensifiquen las gestiones para que Catamarca tenga mejoras concretas y largamente demoradas, en un rubro que es central para cualquier plan de desarrollo.