El potencial turístico catamarqueño se vincula con uno de los anhelos históricos de los habitantes de este suelo, que es lograr alguna vez poner en marcha la llamada industria sin chimeneas, y traducir en beneficios para la provincia los indiscutibles atractivos que la naturaleza sembró en este territorio.

Hubo avances, mejoras, esfuerzos y proyectos en las últimas décadas, pero Catamarca sigue lejos del ideal soñado, y todavía no logra instalarse entre los principales puntos de convocatoria del país, mucho menos a nivel internacional.

En materia de paisajes y atractivos, Catamarca lo tiene casi todo. En materia de infraestructura, le falta mucho para competir con las grandes plazas.

¿Qué es lo que falla? ¿Por qué nunca se concretó el ansiado despegue? La respuesta no debe ser sencilla. Han pasado gobiernos de todos los colores políticos y ninguno acertó en la tecla para cambiar la realidad. Catamarca nunca dejó de tener la mayor parte de sus recursos turísticos como una posibilidad de desarrollo “a futuro”. 

Los expertos definen al turismo como el conjunto de las acciones que una persona lleva a cabo mientras viaja y pernocta en un sitio diferente al de su residencia habitual, por un periodo consecutivo que resulta inferior a un año.

La historia del turismo es extensa. Sus orígenes pueden rastrearse en la Antigua Grecia, cuando miles de personas se desplazaban para asistir a las Olimpiadas cada cuatro años. Entendido como actividad comercial, el turismo nace de la mano del inglés Thomas Cook, quien organizó el primer viaje turístico de la historia en 1841 y fundó, una década después, la primera agencia de viajes: Thomas Cook and Son. Hoy el turismo es una de las industrias más importantes a nivel mundial y promueve viajes de todo tipo: con fines de descanso, motivos culturales, interés social, negocios o simplemente ocio.

En esta Catamarca que a veces parece encerrada en el laberinto de la administración pública, el día que la puerta al turismo se abra realmente, surgirán infinitas posibilidades de empleo genuino.