Desde la bancada periodística

La política pierde a un hombre valioso: “Pino” Solanas

domingo, 8 de noviembre de 2020 01:05
domingo, 8 de noviembre de 2020 01:05

Cuando en noviembre del año pasado Fernando “Pino” Solanas le cedió su banca a Eduardo Valdés para asumir en Paris como embajador argentino ante la UNESCO, nadie imaginó que jamás regresaría. 


“Pino”, a sus 84 años y lejos de su patria, pasó a ser una víctima más del maldito virus. Para los registros internacionales, sólo un número entre la escalofriante cifra de un millón doscientas cincuenta mil de víctimas fatales que acumula la trágica pandemia, que le asestó una estocada cruel al 2020.


Pero con la muerte de Solanas, la política argentina pierde a una figura notable, por más de un motivo digno de admiración, y sin dudas imposible de reemplazar.


Esta valoración se sostiene tomando distancia de cualquier posición ideológica, de simpatías y antipatías, coincidencias o rechazos. Porque “Pino” era historia viva, era un político apasionado, era un investigador profundo y de fuertes convicciones, y por sobre todo un artista de talento indiscutible.


Su entrada a la política es única, y para nada recomendable: literalmente, se hizo político a puro balazo. Cineasta de enorme trayectoria, convocó a mediados de 1989 a una gran asamblea de sindicatos audiovisuales para pedir en conjunto que se derogara la Ley de Radiodifusión que estaba vigente desde la dictadura. Hizo en el marco de ese reclamo durísimas críticas a Carlos Menem, por entonces Presidente de la Nación, y el riojano lo denunció por calumnias e injurias.


Días después, Solanas fue cobardemente baleado en Galerías Pacífico, un coqueto paseo del centro de la ciudad de Buenos Aires, y esa agresión -haya tenido o no vínculo con sus críticas a Menem- lo decidió a meterse de lleno en la arena política.
Con “Pino” se va uno de los pocos hombres vigentes en la clase política que, por ejemplo, no se refería a Juan Domingo Perón o Raúl Alfonsín por lo que había leído, sino porque tuvo trato personal con ambos. No es poca cosa cuando, por la lógica del paso de los años, ya son muy pocos quienes tuvieron encuentros mano a mano con el general.


Era un hombre de buen discurso, encendido hace algunos años y más apaciguado y conciliador en su última época como legislador, pero siempre alerta para defender y fundamentar sus posturas.


Visitó en innumerables ocasiones Catamarca, tierra donde su condición de férreo antiminero le provocó algún dolor de cabeza. Pero antes de todas esas historias, “Pino” tenía ya un nombre reconocido, y se lo debía a un arte que supo llevar a niveles de excelencia: el cine.


Pino, el artista

“Tangos, el exilio de Gardel” y “Sur”, son probablemente las mejores películas de Solanas, trabajos que le valieron premios y distinciones en altares del cine mundial, como los festivales de Cannes, Venecia y La Habana. Hizo en total ocho películas de ficción, apenas una de sus facetas artísticas, ya que además de dirigir fue actor, guionista, escritor y hasta se dio el gusto de componer un tango junto a Astor Piazzolla, canción cuyos versos pertenecen a Solanas y fueron cantados por el Polaco Goyeneche, Mercedes Sosa y Caetano Veloso, entre tantos otros.


Otra gran faceta de “Pino”, quizás la más trascendente a nivel mediático, fue su trabajo como documentalista. Dejó más de una docena de documentales, todos testimonios de cuestiones delicadas, como la resistencia peronista y el legado doctrinario de Perón, que construyó en base a un recordado reportaje que -durante varias jornadas- le realizó al tres veces presidente durante su exilio en Madrid.


Solanas denunció atropellos de la dictadura, fue amenazado de muerte por la Triple A y hasta intentaron secuestrarlo, situación que lo llevó a escapar a Paris, curiosamente la ciudad que décadas más tarde sería la de su hora final.

Pino, el político

Con la plataforma de su éxito en el cine, y de una militancia importante en los años de plomo, cuando Solanas se lanzó a la política recorrió un trecho muy breve hasta obtener respaldo de los electores. Fue electo diputado nacional en 1993, convencional constituyente en 1994, y más tarde candidato a Presidente (en 2007), más tarde nuevamente diputado nacional, candidato a jefe de Gobierno porteño y finalmente senador nacional.


Cambió varias veces de fuerza política, porque sus alianzas y rupturas se definían muchas veces por acercamientos, romances repentinos y discusiones de carácter personal. Así, pasó entre otros sectores por el Frente Grande, el Proyecto Sur -su propia fuerza-, el socialismo, UNEN, y su último respaldo fue al kirchnerismo, al que acompañó para formar parte de una gran alianza contra Mauricio Macri desde 2019. No los unió el amor sino el espanto, diría Jorge Luis Borges. 

Vaivenes en Catamarca

“Pino” aterrizó en Catamarca muchísimas veces, tanto para filmar como en tiempos de campaña, para promocionar candidatos locales con los cuales en general no le fue muy bien, pero le interesaba extender su propuesta por todo el país para llegar a competir con los partidos tradicionales, que ya tenían una estructura armada.


Dos de sus documentales aludían directamente a Catamarca: “Tierra sublevada: oro impuro” y “Tierra sublevada: oro negro”, de 2009 y 2010, respectivamente. Ambos se concentraban en su postura antiminera y son considerados distintos capítulos de un mismo trabajo, aunque se refiere específicamente a la minería metalífera en el primero.


Cuando visitaba Catamarca en rol proselitista, era inevitable su mención al tema minero, lo cual le generó algún mal trago, como cuando jóvenes del Frente Cívico y Social organizaron un escrache en su contra. Esa misma postura, sin embargo, le valió adhesiones, por ejemplo la del actual presidente de la UCR local, Alejandro Páez, que se presentó en una elección en calidad de intendente de Andalgalá como parte de Proyecto Sur, el partido de Solanas, basado en la coincidencia que los identificaba por sus posiciones contrarias a la actividad minera.


Pero nunca logró aquí adhesiones mayoritarias, debe admitirse, porque fue ácido crítico de radicales y peronistas.
Por ejemplo, en 2011 apuntó sin piedad contra Eduardo Brizuela del Moral, al señalar que: “Hay que derrotar a los gobernadores que se entronizan en el poder y entregan los recursos naturales”, pero después, en 2015, arremetió con igual vehemencia contra el peronismo, al sostener que “Tenemos que derrotar a quienes gobiernan con la mentira, con una montaña de votos”.
Pese a sus drásticas posiciones, consiguió al menos las 1.240 adhesiones y afiliaciones requeridas para solicitar la Personería del Partido Proyecto Sur en la Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, un verdadero logro para una fuerza minoritaria con base a 1.200 kilómetros de aquí.


Hoy todo es anécdota. Se fue “Pino” Solanas, un hombre valioso más allá de cualquier posicionamiento. Un hombre que luchó por sus ideas, que fue perseguido, que resistió y se comprometió por aquello en que creía.


Con sus errores y torpezas, con gestos nobles, con contradicciones también, pero con un caudal de vida y experiencia que se extrañará en el Congreso de la Nación, el recinto de debate por excelencia, donde voces como la suya son siempre necesarias para enriquecer cualquier discusión.


Era un hombre mayor, pero indudablemente lúcido, que tenía todavía mucho para dar. El destino quiso otra cosa, y el coronavirus irrumpió para imponer el punto final a una vida apasionante, que se recordará cuando se repasen los personajes de las últimas décadas en el país.


Quizás no tuvo un rol protagónico como los presidentes, pero fue un actor secundario insustituible, vital para cada escena, como bien sabía él que tanto anduvo con la cámara al hombro.

El Esquiú.com
 

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Comentarios

17/11/2020 | 18:09
#149006
COMPARTO TOTALMENTE EL COMENTARIO ANTERIOR, AGREGO EL TÍPICO POLÍTICO QUE SE SENTIA BIÉN CON SUS 35 ASESORES ¿EJEMPLO DE AUTERIDAD?
9/11/2020 | 07:15
#149005
LOS POLÍTICOS CORRUPTOS PIERDEN UN ACOMODATICIO OPORTUNISTA Y TIMADOR DIFÍCIL DE REEMPLAZAR. MURIÓ COMO VIVIÓ, SOSTENIENDOSE CON LA POLENTA INCOMIBLE DE LOS POBRES QUE NUNCA LE IMPORTARON. LES HACÍA LA PELÍCULA A TODOS; POR ESO A SU RISITA SOBRADORA DE PORTEÑO QUE SE LAS SABÍA A TODAS, LA TENÍA FIJA. GANA LA SOCIEDAD SIN NINGUNA DUDA.

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