Casi una década transcurrió desde la denuncia original, pero finalmente cuatro integrantes del equipo de Gobierno del exjefe comunal chacarero, Gustavo Roque Jalile, irán a juicio. Todo nació con una denuncia de la actual diputada provincial Natalia Soria, la mujer que sucedió al popular “Gallo” en la conducción de la Municipalidad entre los años 2011 y 2015. A poco de comenzada su gestión como intendenta, Soria accionó legalmente -en 2012- al interpretar que Luis Vargas, Ricardo Martínez, Juan Carlos Barrionuevo y Juan Carlos Fernández, cometieron el delito de peculado. 
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Según aquella presentación, los cuatro se habrían beneficiado ejecutando obras en sus domicilios particulares, sirviéndose tanto de materiales como de empleados municipales, obligados a realizar trabajos para provecho de los funcionarios. Los hechos que se investigan datan de 2010 y 2011, en el final de la penúltima gestión jalilista. En la siguiente elección, el “Gallo” promovió la candidatura de su hijo Jair, quien sería derrotado por Natalia, pero el cacique del radicalismo tuvo revancha en 2015, cuando recuperó el trono contra Soria y volvió a ejercer la intendencia, hasta caer derrotado el año pasado por Susana Zenteno. Sirve el racconto para comprender cuánto tiempo ha pasado hasta que la Justicia finalmente se expidió sobre un presunto delito de corrupción.  De los cuatro señalados para ocupar el banquillo de los acusados, quien enfrenta una situación particular es Vargas, que se desempeñaba en Acción Social. Actualmente es funcionario. Ocupa un lugar en el Concejo Deliberante y podría ser suspendido en su cargo hasta que se resuelva este proceso.
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A pesar de que la noticia está prácticamente confirmada, el defensor de los acusados, el abogado Luciano Rojas, la desmintió. Desconoció la elevación a juicio e hizo alusión a un pedido de prescripción. No extrañaría a nadie que tal supuesto se convierta en realidad. Esta Justicia de Catamarca, comandada de hecho por “Pepe” Cáceres, hunde en el olvido todas las causas que nacen de la política. Si no recordemos compras directas, megafraude, pedidos de desafuero, etc.
El Esquiú.com