El Secretario
Pasan los años y Néstor Tomassi permanece firme cerca del Estado, acomodándose a diferentes funciones y cargos, con un perfil bajo y casi desapercibido. “Chicho”, que creció desde Huillapima -allí fue concejal e intendente- hasta ocupar una banca en la cámara de Diputados, llegó a la presidencia de ese cuerpo en su gran salto a los primeros planos, pero la experiencia se malogró por un insólito incidente: el choque de una camioneta oficial que al parecer se usaba informalmente. Allí entró en cierto letargo hasta que reapareció en 2013 como cabeza de lista para medirse con Brizuela del Moral por una banca en el Congreso de la Nación. Perdió decorosamente aquella elección, pero igual obtuvo la banca por la minoría. Ya desde Buenos Aires tuvo algunos gestos que no gustaron en el Gobierno de Lucía Corpacci. Perdió fuerza y proyección. Concluido su mandato, regresó a la provincia sin muchas aspiraciones, pero la propia exgobernadora lo ubicó en una gerencia de la ex Capresca. Se fue Lucía, vino Raúl, y “Chicho” se reinventó como secretario de Interior en el ministerio de Gobierno que maneja el “Cabezón” Jorge Moreno. Sin embargo, rápidamente le sacaron el cargo para dárselo a Nicolás Verón. Los días de Tomassi como desocupado fueron pocos, ya que a fines de mayo obtuvo otra designación, ahora como “supervisor” en el ministerio de Seguridad que encabeza Hernán Martel. Nada mal, con un índice 1,40, que le garantiza un buen pasar por otra temporada.
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La alusión al natural de Miraflores surge porque se trata de uno de los supervivientes de la camada política que, tras la dictadura, surgió en 1983. También lo hizo, por ejemplo, el senador Oscar Vera, pero para que reapareciera después del primer mandato tardó muchos años. El otro pionero de luchas políticas, sin dudas, es el radical Gustavo “El Gallo” Jalile. Se mantuvo en el poder por más de tres décadas y, recientemente, al perder con Susana Zenteno, digamos que por primera vez en tiempos democráticos se quedó sin trabajo.
El Esquiú.com