Apuntes del Secretario

viernes, 3 de julio de 2020 00:21
viernes, 3 de julio de 2020 00:21

Unos 30 radicales se reunieron el gélido fin de semana que pasó para recordar el 129° aniversario del surgimiento de la fuerza política que dio al país nombres ilustres como los de Hipólito Yrigoyen, Leandro N. Alem, Raúl Alfonsín, Ricardo Balbín, Arturo Illia y tantos otros dirigentes que dejaron huella en la historia nacional. Demócratas por convicción, los próceres “boinablanca” marcaron caminos a fuerza de conductas ejemplares, en el poder o fuera del poder. Precisamente al pie del busto que homenajea al fundador, en la esquina de Alem y República, fue el acto partidario, que consistió en depositar una ofrenda floral y pronunciar algunos discursos. La idea convocó a unos pocos dirigentes en la hora más crítica de la UCR, en la provincia y el país. Quien mejor lo definió fue el exconcejal José Vega. Durante la ceremonia consideró que celebrar este aniversario equivalía a “un acto de valor”, algo que puede interpretarse casi como el estoicismo de poner la cara cuando la fuerza se encuentra desmembrada en todas partes. También habló Roberto Gómez, el médico que con la candidatura a gobernador lideró las listas radicales en los últimos comicios, en alianza con el macrismo. El cardiólogo estimó que hoy la provincia y el país necesitan “más que nunca” de la UCR, y realizó un llamado casi desesperado a la unidad, porque “es lo que viene pidiendo el pueblo catamarqueño”. No se vio a ninguno de los máximos referentes radicales de Catamarca: los “pesos pesados” que gozaron de dos décadas de hegemonía total en la provincia y se mantienen, hasta hoy, en posiciones de privilegio. Esos viejos líderes ahora son señalados como responsables de una caída que ya va para los diez años sin señales de reacción, y la expectativa pasa por saber si en esta progresiva reactivación de los comités, se modificará el panorama o los hilos que todo lo mueven seguirán en las mismas manos. En el acto y por lo bajo, una realidad se admitió: la UCR llegó a este punto por traicionar sus propios ideales, aquellos que advertían que era mejor romperse que doblarse. Los radicales respaldaron a Macri como un camino al renacimiento, y hoy deben pagar las consecuencias en todo el país. En Catamarca, la crisis es mucho más profunda, y la hemos analizado ampliamente en estos espacios.

 

Emtre los radicales catamarqueños que juraron amor y fidelidad al expresidente Macri hubo algunos que supieron diferenciarse. Un caso concreto es el del exintendente Gustavo Roque Jalile, que fue el único correligionario que destacó el nacimiento de la UCR y, pagando de su propio bolsillo, publicó una solicitada el día del aniversario destacando el origen humilde la UCR y su compromiso con las causas populares. Además, muy lejos del radicalismo de los últimos tiempos, valoró e ilustró el escrito con fotos de figuras como Yrigoyen, Arturo Illia o Raúl Alfonsín. Bien distinto su discurso, queda claro, a los que pronunciaron al día siguiente Alejandro Páez y Oscar Castillo. Este último, responsable del armado que llevó a la derrota más vergonzosa que registra la UCR local a lo largo de la historia, únicamente se preocupó por destacar la unidad del bloque de Diputados, fundamental para que defienda a dos de sus alfiles en la Justicia: Cáceres y Sesto de Leiva.

 

Hablando de fotos. A diferencia del popular “Gallo”, el senador nacional que está obsesionado en mantener su beca bruta de $400.000 mensuales parece alejado de los preclaros hombres que dio el radicalismo. De esta forma, con una ornamentación muy curiosa, publica su foto -la que va a los medios o a su cuenta de Instagram- del despacho senatorial. Su escritorio lateral muestra la imagen de la Virgen del Valle y un cuadrito suyo acompañado con alguien extraño a la UCR: el exsenador y actual auditor de la Nación, Miguel Ángel Pichetto. ¿Será que con este personaje habrá de encarar la próxima campaña para mantenerse en el cargo? ¿Quién podía pensar esta posibilidad cuando al arrancar el gobierno de Macri el senador catamarqueño criticaba al ministro Frigerio por atender a Pichetto? Cosas de la política y del castillismo, aparte de las diferencias ideológicas evidentes que existen entre el eterno senador nacional y el exintendente chacarero, aunque se defiendan mutuamente. Ni hablar de las contradicciones. Dejamos una a consideración de los lectores: ¿la Virgen del Valle a la par de Castillo cuando en su chorrera de juramentos durante los últimos 35 años nunca juró por Dios y los Santos Evangelios?

 

La alianza Juntos por Cambio tiembla a nivel nacional y los sacudones llegan a Catamarca. Los radicales, especialmente castillistas, aceptarían la continuidad del contubernio –digamos las cosas por su nombre- si es que el alto mando macrista pone la plata para la campaña 2021. A cambio de vento, podrían ceder alguna banca segura en la Legislatura y tal vez concejalía. Nada más. Primero porque consideran que los chicos PRO de estas tierras no aportan electoralmente y, segundo, porque los casilleros no alcanzan ni para el reparto entre los propios dueños del partido. Frente a esa situación fáctica, el exdiputado e integrante de la mesa nacional que conduce Patricia Bullrich, Carlos Molina, ha declarado recientemente que la alianza debe continuar con condiciones básicas. Una de ellas es la renovación de figuras y que no sean siempre los mismos los que se lleven las tajadas más jugosas. La referencia incluyó un nombre propio: Oscar Castillo. Hasta se animó a predecir que el mismo, llegado el caso, lo podría enfrentar. Molina, que nadie lo dude, ha dado vuelta sus cartas y está dispuesto a apostar, aun en escenario de ruptura y por encima de críticas de los contactos castillistas de cercanía, como es el caso de Lobo Vergara.

 

A la crisis social y económica derivada de la emergencia sanitaria, se suma ahora un escenario de incertidumbre político-institucional porque, por primera vez, se mencionó la posibilidad de que el calendario 2021 se reestructure por completo. Es un tema complejo ya que altera fechas y plazos establecidos constitucionalmente, una situación delicada más allá que obedezca a cuestiones de fuerza mayor. Sobre este punto, hace ya bastante se especulaba con la eliminación de las primarias -inauguradas en 2011-, de elevado costo y, según algunos, de cuestionable impacto. Pero ahora se dio un paso más, y comenzó a analizarse la posibilidad de que también las generales se posterguen o suspendan. Legalmente, las legislativas deberían realizarse el 24 de octubre de 2021, una elección importante para Catamarca porque se decidirá quiénes ocupan las bancas de la provincia en el Senado de la Nación. Sin embargo, la Cámara Electoral Nacional abrió el paraguas y señaló que la pandemia en curso “es susceptible de incidir en el desarrollo de la organización del proceso electoral”. 

 

Los camaristas Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera firmaron el documento, que lejos de inscribirse en el terreno de las chicanas, abre el primer interrogante sobre una situación muy seria que se extiende en el tiempo cada vez más. Hoy no hay garantías de que en un plazo razonable esta pesadilla del coronavirus se haya superado, y organizar una elección nacional en estas condiciones podría ser virtualmente imposible. No hay respuestas concluyentes, apenas un planteo. Por lo pronto, se confirmaría una comisión especial con integrantes de la Secretaría de Asuntos Políticos y de la Dirección Nacional Electoral del Ministerio del Interior, del Servicio Electoral del Correo Oficial de la República Argentina, del Comando General Electoral y del Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto para estudiar a fondo esta cuestión. También se convocará a jueces y juezas con competencia electoral, a los partidos políticos y ONGs, para pensar cómo enfrentar este dilema. Un tema a tener en cuenta, que enciende alarmas y sin dudas será seguido muy de cerca por todos los actores políticos catamarqueños.

 

RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, el final de los “Apuntes” incluye la recordación de hechos pasados.
Quienes conocen a fondo la Justicia de Catamarca saben, perfectamente, que el mandamás del sector fue durante décadas José Ricardo Cáceres, hoy amenazado de quedar separado del cargo por un juicio político que el mismo, públicamente, desafió que le hicieran. En el primer semestre de 1995, por ejemplo, opinaba sobre la virtual creación del Consejo de la Magistratura, el organismo que revisa designaciones y el comportamiento de los magistrados. Cáceres decía lo siguiente en aquel momento “primero habría que reformar la Constitución provincial para evitar que la creación salga por decreto”. No hubo tal reforma porque la UCR nunca, aun con mayorías propias y apoyo explícito del peronismo, la quiso llevar a cabo y el Consejo de la Magistratura fue creado, sin mayores problemas, con sustento legal y mayorías oficialistas.

El 18 de abril del mismo año 1995 fallecía un personaje fundamental de la política argentina, el expresidente Arturo Frondizi. Víctima de un paro cardiorespiratorio se iba el último desarrollista del país que, con apoyo peronista frente a la proscripción del General, había ganado las elecciones de 1958 representando a la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI).


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