Fue durante la gestión presidencial de Mauricio Macri que se instaló por primera vez en el país el concepto de “lawfare” o guerra judicial, que consiste en jaquear a la oposición con denuncias y causas legales sin importar su resolución, para sacar provecho político del daño que se ocasiona al adversario con la permanente exposición mediática en medio de escándalos y vaivenes tribunalicios. El macrismo, por entonces Cambiemos y hoy Juntos por el Cambio, llevó esa táctica a su máxima expresión, con Cristina Fernández de Kirchner como presa favorita. Y al margen de que las acusaciones en contra de la vicepresidenta se van desmoronando una tras otra, ni el más acérrimo adversario puede desconocer algo: cada vez que Cristina fue citada por la Justicia, respondió, sin importar que detrás de cada llamado se montara un show.

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Muy diferente es hasta aquí el  comportamiento del propio Macri, que parece creer que tiene la “facultad” de decidir por sí mismo si responde o no a la Justicia, como si se tratara de una entidad que se encuentra por debajo de su nivel. Es una conducta bastante alejada del discurso del sector que se presenta como defensor y protector del republicanismo, a tal extremo que encontró críticas en sus propios copartidarios, como el ascendente Facundo Manes. “Me parece que se debería presentar como cualquiera de nosotros. Yo no soy abogado pero una de las cosas que necesitamos es ejemplaridad y si a cualquiera de nosotros nos convocan tenemos que ir”, señaló el dirigente radical.

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Macri está citado a declaración indagatoria en la causa por espionaje para el próximo jueves en el juzgado federal de Dolores, luego de dos postergaciones: la primera citación fue para el 7 cuando el exmandatario se encontraba fuera del país y la segunda fue para el miércoles pasado, oportunidad en la que el imputado no se presentó y envió un escrito con el que recusó al juez. Mientras tanto, ya transcurrió casi un mes desde que lo citaron y todo indica que lo que intenta es dilatar el proceso y ganar tiempo. Macri se encuentra imputado desde septiembre del año pasado, y al parecer responderá cuando le de la gana.

El Esquiú.com