El peronismo de Capayán enfrenta otra de sus clásicas crisis internas, por disputas que no ha superado ni siquiera con el afianzamiento del justicialismo en el poder. Ahora la pelea de fondo es entre el legislador Hugo Corpacci, el intendente de Huillapima, Omar Soria, y la senadora electa, Andrea Lobo, quienes se acusan mutuamente de haber “traicionado” al movimiento durante el último proceso electoral. El jefe comunal quiere incluso destituir al hermano de la exgobernadora como presidente de la Junta Departamental, y el diputado replicó invitando a Soria a un debate abierto para dilucidar quién es más traidor. Un duelo casi grotesco que no le hace bien a la institución partidaria, pero que a la vez refleja la realidad de los compañeros capayenses, que se endilgan conductas como mandar a cortar boletas por acuerdos mezquinos, precedentes de militancia en otras fuerzas y demás yerbas.

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“ Soy afiliado peronista de toda la vida, más de 50 años de trayectoria y jamás traicioné al peronismo, he trabajado durante los 20 años del Frente Cívico y Social para cuanta lista del peronismo hemos armado en la provincia, a destajo, sin ser candidato a nada. No puede decir lo mismo el intendente Soria quien fue candidato y concejal del FCS y se paseó por cuánto partido hubo. Todos nuestros candidatos son afiliados al peronismo y tampoco sobre esto pude decir lo mismo Soria”, disparó Corpacci, dejando claro por qué fracasó a mediados de año la iniciativa -que se adjudica precisamente a Lucía- de armar una lista de unidad en ese distrito. La “guerra” está planteada, y lo único seguro es que vendrán nuevos capítulos y no se avizora ningún armisticio.

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El Frente de Todos, con 118 integrantes (entre ellos Silvana Ginocchio, Dante López Rodríguez y Anahí Costa), quedó raOfi cado como primera minoría de la Cámara de Diputados de la Nación por sobre Juntos por el Cambio (JxC), que sumó 116, en un escenario que mostrará en los próximos días los reacomodamientos internos de esos espacios y los agrupamientos de los 23 diputados de las restantes fuerzas, de cara a la elección de autoridades y la definición de las comisiones de trabajo. De hecho, la disputa por los lugares de poder en la Cámara baja ya empezó a mostrar tensiones al interior de la coalición opositora JxC, ya que tanto las presidencias de los bloques del PRO como de la UCR, y del interbloque del espacio, tiene enfrentado a los diferentes sectores que responden a Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Mario Negri y Martin Lousteau, respectivamente.

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El escrutinio definitivo en la mayoría de las provincias ratificó los resultados provisorios, por lo que el oficialismo nacional quedó con 118 bancas; Juntos por el Cambio con 116; la Izquierda con 4; los libertarios con 4; Córdoba Federal con 3; Juntos Somos Rio Negro con 2; el Frente Renovador misionero con 2; el socialismo santafesino con 2; Consenso Federal con 2; Movimiento Popular Neuquino con 1; Acción Federal de La Rioja con 1, Vamos con Vos 1 y Somos Energía santacruceño con 1. De acuerdo al escrutinio provisorio una banca le correspondía a Hugo Bontempo, tercero en la lista de Avanza Libertad, que encabezó el economista José Luis Espert, aunque en el conteo definitivo de votos se la quedó el primer candidato de Vamos con Vos, Florencio Randazzo.

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Consolidada la conformación de las bancadas, la Cámara ingresó en las tres semanas de defi nición sobre la formación de interbloques que, antes del 10 de diciembre -cuando se produzca el recambio legislativo-, medirán sus fuerzas para designar a las autoridades del cuerpo, a los presidentes de las comisiones y para determinar el equilibrio que tendrá cada espacio en esos grupos de trabajo. El Frente de Todos logró abroquelar a los 118 diputados en un solo espacio interno, como sucedió en los últimos dos años, dejando atrás las intenciones de algunos gobernadores de armar una especie de sub bloque con eje en el federalismo, idea que había tomado fuerza con los resultados de las PASO sobre la mesa.

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La contracara se da en Juntos por el Cambio, donde los tres socios principales, el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, ven cada día como proliferan diferentes sub bloques, como el encabezado por el expresidente de la Cámara, Emilio Monzó; el del economista Ricardo López Murphy o por el exmandatario puntano, Claudio Poggi. Hasta el momento, de los 116 diputados de Juntos por el Cambio, 50 serían del PRO; 45 de la UCR; 11 de la Coalición Cívica; 4 liderados por Monzó, incluida Margarita Stolbizer y dos de Avanzar San Luis, el espacio de Poggi. Además, tendrían monobloques, el mencionado López Murphy; la misionera Florencia Klipauka Lewtak, del espacio del exgobernador Ramón Puerta; Carlos Zapata, referenciado en el salteño Alfredo Olmedo y la tucumana Paula Olmedo, de una fuerza provincial que confluyó en JxC. Hasta el momento el exministro del Interior macrista Rogelio Frigerio se mantiene en el bloque del PRO, al igual que su sobrino, el fueguino Federico, y que el entrerriano Gustavo Hein, aunque fueron tentados por el incipiente bloque monzoista. Otros que por ahora se mantienen en el PRO son los sanjuaninos Marcelo Orrego y Susana Laciar, excandidatos a gobernador y vice en esa provincia.

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La dispersión de espacios incidirá en la elección de las autoridades legislaO vas del interbloque, donde el radical Mario Negri ve amenazada su continuidad al frente del conglomerado y Cristian Ritondo debe juntar voluntades para ser ratifi cado al frente del PRO. No estaría asegurada sería la continuidad de Negri ya que en base a los números, el PRO podría reclamar ese lugar. Para llegar a esa instancia, la bancada amarilla debe resolver primero si Cristian Ritondo continúa al frente del bloque, ya que desde un sector interno más reacio al diálogo con el Gobierno nacional pretenden avanzar sobre su posición. En ese duelo interno debutará el presidente de la UCR local, Francisco Monti . En cuanto al resto de los bloques, se prevé que Córdoba Federal, el socialismo santafesino y Consenso Federal continúen actuando en sintonía e integrando un interbloque de 7 u 8 miembros -depende del ingreso o no de Randazzo-. También anticiparon su trabajo mancomunado los oficialismos provinciales de Rio Negro, Neuquén y Misiones, que sumarían en total 5 bancas.

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RECUERDOS

Hace diez años moría Antonio Domingo Bussi, protagonista de los años más oscuros del país en Tucumán, que favorecido por el Punto Final se reinsertó en la vida política a pesar de su cruel rol en la dictadura.

Bussi era entrerriano y el 24 de marzo de 1976 se convirtió en interventor federal y jefe militar de Tucumán, concentración de poder que no ostentó ningún otro gobernador de facto. Extendió al infinito el concepto de “subversivo”, que no excluyó ni a los mendigos: la noche helada del 16 de julio de 1977 ordenó levantarlos de las calles y tirarlos en Catamarca. En 2006 perdió un juicio contra el escritor Tomás Eloy Martinez, quien al recordar la historia lo calificó de “tirano” y “feroz exterminador de disidentes”. Según la Comisión Bicameral Investigadora, el 70 por ciento de los 507 secuestros registrados en Tucumán se produjo durante los dos años de su gobierno. Sólo una de cada cinco víctimas tenía militancia política o gremial conocida. “Nueve de cada diez fueron secuestrados en sus domicilios, lugares de trabajo o en la vía pública por personas armadas que actuaban con una superioridad numérica de 15, aproximadamente, contra 1”, apuntó la Comisión. Hubo violaciones y crímenes a mansalva bajo su mando. Bussi ordenaba torturar y fusilar sin piedad y tenía sus propios centros de detención clandestina. La Justicia tucumana tenía amplias pruebas en su contra, pero nunca lo procesó. Con vía libre, Bussi fundó Fuerza Republicana, partido que lo llevó a la gobernación y al Congreso Nacional. En 1998, una Comisión Especial Investigadora reveló sus propiedades, depósitos y cuentas secretas millonarias, en bancos de Suiza y Luxemburgo. “Imperfecciones propias de mi naturaleza humana”, había justificado. Cuando se lo juzgaba por múltiples delitos de lesa humanidad lo declararon insano y murió a los 85 años. En el Congreso de la Nación, el genocida trabajaba con un joven asesor en economía: el hoy enemigo del empleo público y “libertario” Javier Milei.

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