Es quizás el aspecto que menos atención mereció desde el inicio de la pandemia, pero el deporte es por lejos una de las actividades más afectadas por la emergencia sanitaria desatada hace más de un año. Detrás de las cuestiones sanitarias, económicas, educativas y otros inconvenientes, la mirada general considera las prácticas deportivas como una actividad menor. Sin embargo, el terreno que se ha perdido es muchísimo y llevará un profundo trabajo reactivar las disciplinas y recuperar tantos meses de inactividad. La única inquietud general que se advirtió en ese tema giró en torno a las competencias nacionales de fútbol profesional, que representan uno de los mayores entretenimientos para la población, pero una vez resuelto ese regreso (sin público), el debate prácticamente se apagó.
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Por esta razón, durante el último año desde niveles oficiales se otorgaron diferentes subsidios y ayudas económicas a los clubes locales, tarea que se reforzó con la visita de la exleona Inés Arrondo, jugadora de hockey en su juventud y hoy máxima autoridad de Deportes en el país. Pero si bien esa asistencia resulta vital para mantener a las instituciones, no se advierte hasta aquí un plan para movilizar el trabajo de base de los clubes, que salvo contadas excepciones permanecen en un alarmante letargo.
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El daño mayor se presenta en el rubro del deporte social, recreativo y formativo, donde no se cuenta con el empuje y los intereses que presionan para la regularización de los certámenes profesionales. Las competencias barriales, intercolegiales y la mayoría de las disciplinas amateurs, se vieron aplastadas por el coronavirus y no hay señales de que vayan a recuperar a mediano plazo el ritmo que deben llevar. Es un punto en el que se ha trabajado poco y debería comenzarse, porque esas prácticas cumplen un rol social insustituible en la comunidad. Naturalmente, mientras persista la presencia del virus todo será limitado y complejo, pero al menos debe comprenderse que no alcanza con repartir cheques para cumplir con las profundas necesidades de un sector en crisis.

El Esquiú.com