Anoche, River Plate y Racing Club disputaron la Supercopa Argentina en el imponente escenario del Estadio Único “Madre de Ciudades”, en Santiago del Estero. El gigantesco complejo se empezó a construir en 2018, se inauguró oficialmente anoche y ya tiene programada para este mes una presentación oficial de la Selección Argentina con Lío Messi en el equipo. ¿Por qué los santiagueños pudieron y Catamarca no? Las razones podrán analizarse, pero por lo pronto marcan la diferencia entre una buena y una mala inversión, al margen de que el fútbol de la vecina provincia está mucho más desarrollado y cuenta con varios equipos en las máximas categorías, incluyendo la Liga Profesional.
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En Catamarca, como se sabe, el Estadio Bicentenario cumplió una década sin ningún partido de celebración, porque permanecía clausurado y con riesgo de derrumbe. La faraónica obra de Eduardo Brizuela del Moral, mal construida, comenzó a despedazarse poco a poco hasta resultar un riesgo serio para eventuales asistentes, y se vio obligado a cerrar sus puertas. Se esforzaron por imponer la teoría de que las fallas fueron por falta de mantenimiento, lo cual es ridículo: en todo el país hay estadios de 60, 80 y 90 años con mejor o peor mantenimiento, pero a ninguno se le caen las tribunas. Las fallas fueron estructurales y datan de la construcción original.
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El punto es que actualmente, a la descomunal suma de dinero destinada a construirlo, se le suman enormes gastos de reconstrucción y reparación, paradójicamente beneficiando una vez más a la misma empresa que lo construyó mal. Y no hablamos solo de tribunas o bases: conforme avanza la tarea de recuperación, se encuentran más problemas. En los últimos días se informó oficialmente que se trabaja en tareas de reparación de la instalación eléctrica y lumínica de las torres que iluminan el campo de juego. Y el costo de los arreglos se sigue incrementando. ¿Cuál será el costo final del Estadio para los catamarqueños? Imposible de calcular. Como La Gioconda de Da Vinci, terminará por reconocerse como una obra invaluable.
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