La elección de autoridades de la Universidad Nacional de Catamarca en un año electoral y en el pico de la pandemia -solamente el último viernes se produjeron 247 casos y 5 muertos en la provincia- a todas luces aparece como una situación acomodada a los intereses personales del rectorado y de la conducción de las diferentes facultades. Tal como lo denunció la Unión de Juventudes por el Socialismo, aunque se trate claramente de la izquierda, el evento que se viene para fines de mayo o junio se presenta como “trucho, antidemocrático y fraudulento”, claramente orientado a perpetuar a sus autoridades en sus bien rentados cargos.
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Agregan los estudiantes que la UNCA no fue capaz en 2020 de garantizar las condiciones mínimas para el año académico on line, por lo que se preguntan cómo van a garantizar la participación plena y democrática del conjunto de los estudiantes. También desde la facultad de Humanidades se hicieron sentir voces de protesta, todas con la misma orientación: la perpetuación en los cargos de “los mismos de siempre”. Un símil de la política partidaria, algo que no es ajeno a prácticas que se llevan a cabo en la Casa de Estudios y tienen como punta de lanza a conocidos dirigentes o exdirigentes de la UCR. El dato se corrobora con solo repasar las listas de autoridades.
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Sobre la controversia, que está instalada, hay que aclarar que las actuales autoridades vienen ejerciendo desde septiembre de 2020 con los mandatos vencidos y han pensado en la normalización cuando recrudece la pandemia y el frío vuelva a sentar peligrosamente sus reales. Ello podría dar lugar a la presentación de un amparo a resolver por la Justicia Federal, pero antes que ocurra tal cosa, por una cuestión de sentido común, el poder universitario debería adelantarse y decir que las elecciones se harán cuando haya condiciones de participación masiva y los padrones estén aprobados por todos y cada uno. De lo contrario, lo advertimos, se pondrá en juego la legitimidad de las autoridades.
El Esquiú