Una vez resueltas las candidaturas, más allá de que exista una fecha para el inicio formal de las campañas proselitistas, cada acto y cada palabra de los políticos adquiere otra connotación y, para bien y para mal, con razón y sin ella; todo se atribuye a la instancia preelectoral. Ello incluye la magnificación, dramatización y sobreactuación de gestos y reacciones en todas las fuerzas políticas, en virtud de una hipersensibilidad que, a decir verdad, afecta más a los protagonistas de las contiendas que al propio electorado. Las acciones oficiales quedan por ello, así como el destino de los recursos públicos, bajo una atenta lupa, más grande y potente que la habitual.
***

Quien adoptó una postura concreta frente a esta situación fue el presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien impartió la orden de que todo aquel funcionario que se haya presentado como candidato debe renunciar al cargo que desempeña. En realidad no es una exigencia legal, pero el mandatario lo consideró necesario por una cuestión “ética” y comenzó por Casa Rosada solicitando las dimisiones de quienes competirán en las PASO del próximo mes de septiembre. Agustín Rossi, Daniel Arroyo, Victoria Tolosa Paz son algunos de lo que debieron tomar nota de la directiva.
***

En Catamarca hay varios candidatos que ocupan espacios públicos de primer nivel, comenzando por tres ministros, pero el gobernador Raúl Jalil no informó sobre cambios inmediatos en su gabinete, al margen de que la usina de rumores se encuentre poniendo nombres en el tapete a toda velocidad. Como Estado independiente, Catamarca puede adoptar la decisión que le plazca y no está obligada a seguir el criterio de Fernández, pero políticamente la sintonía que existe bien podría conducir a acelerar los procesos de recambio. ¿Qué sucederá? La decisión final la tendrá Raúl Jalil, quien puede acompañar la regla implícita del presidente y ordenar reemplazos, o bien sostener a sus colaboradores incluso con la campaña electoral en marcha.