Esta tarde asumirán sus flamantes cargos Aníbal Fernández, al frente del ministerio de Seguridad; Julián Domínguez, en Agricultura, Ganadería y Pesca; Jaime Perczyk, en Educación; y Daniel Filmus, en Ciencia y Tecnología; además del desembarco del gobernador tucumano Juan Manzur como jefe de todos los ministros y la reubicación de Santiago Cafiero en la Cancillería. Incuestionablemente toma forma un nuevo gabinete presidencial, como primer efecto del desproporcionado escándalo desatado tras el tropiezo del oficialismo en las PASO y los consecuentes reclamos públicos de la vicepresidenta Cristina Fernández. Con estas modificaciones, que incluyen la reaparición de muchos viejos conocidos, se intentará efectivizar el denominado “relanzamiento”, golpe de timón urgente con la mira puesta en las generales de noviembre.

*****
Ahora bien, dejando en pausa los análisis sobre las internas del poder y sus potenciales efectos a corto y mediano plazo, emerge otro interrogante: ¿el reordenamiento resuelto por la dupla Fernández-Fernández es una cirugía mayor o apenas un retoque cosmético, un maquillaje visible que sostiene la columna medular del gobierno? No se trata de minimizar el impacto que pueden provocar hombres de peso como Aníbal, Filmus o Manzur, pero nadie en su sano juicio puede pensar que la elección se perdió por lo hecho en gestiones como Agricultura o Ciencia.

*****
Desde Raúl Alfonsín a Fernando De la Rúa, pasando por el propio Mauricio Macri, las caídas de gestiones presidenciales en Argentina (con las urnas o sin ellas), se definieron casi exclusivamente por cuestiones económicas. Y el equipo económico de Alberto Fernández salió ileso de todo el revuelo. Con Martín Guzmán a la cabeza, los conductores de la economía nacional siguen su viaje sin escalas, con una compleja negociación ante el FMI en el horizonte, justo cuando se concluirá el período de gracia y se deberá comenzar a pagar. Si alcanzará el sacudón político para enderezar el rumbo y dar a la sociedad señales de recuperación inmediatas es la gran incógnita. Los cambios no muestran que se haya puesto el foco en ese aspecto.

El Esquiú.com