El Secretario

jueves, 13 de enero de 2022 01:28
jueves, 13 de enero de 2022 01:28

Murió ayer José Bielicki, un nombre que para la mayoría de los argentinos hoy no significa nada, pero que sin embargo es la persona que cambió en gran parte y para siempre la realidad del país, hace 35 años. Bielicki fue un diputado radical que llegó al Congreso de la Nación con el retorno de la democracia, y se trata nada menos que del autor del proyecto de la Ley de Divorcio Vincular, que se terminaría aprobando, y que en su momento generó un debate incluso más encendido que el del aborto hace algunos años. La posibilidad de divorciarse fe recibida por gran parte de la sociedad, más o menos como si se propusiera arrojar diez bombas atómicas en el núcleo básico de la comunidad, que es la familia. No solo se oponían la Iglesia Católica y referentes de todos los partidos: también se oponía orgánicamente la Unión Cívica Radical, el partido al que Bielicki pertenecía. Eso no quiere decir que haya encarado una cruzada solitaria: también había muchos que lo acompañaban, incluyendo dirigentes de todas las fuerzas. Era una división transversal, una polémica que alcanzaba a todos.

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El divorcio legal era, en definitiva, una necesidad: había por entonces unos tres millones de argentinos separados de hecho, que no podían volver a casarse, y que al rehacer sus vidas y tener sus propios hijos, ni siquiera podían inscribirlos como fruto de la pareja. El problema era grave: algunos viajaban para casarse en el exterior y lograr así algún resguardo legal, que aquí resultaba inválido. Ofrecer cobertura social a la nueva mujer o a los nuevos hijos era una odisea. Ya no se trataba de una cuestión religiosa: la crisis era mucho más amplia. El Código Civil, que regía desde 1871, permitía el divorcio por incumplimiento de las obligaciones conyugales pero no estipulaba la disolución del vínculo conyugal. El primer proyecto de ley de divorcio vincular fue presentado en 1888 pero su tratamiento fue bloqueado sucesivamente por los sectores católicos y conservadores. En 1954, con el peronismo se aprobó la Ley 14.394 del Régimen Legal de Familia y Minoridad, que sí permitía el divorcio vincular, pero la norma fue derogada menos de un año después, tras el derrocamiento de Perón.

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Antes de las elecciones de 1983, varios partidos hablaban de proponer el divorcio, pero la UCR -que ganaría la elección de la mano de Raúl Alfonsín- no lo hacía, porque en su momento Hipólito Yrigoyen se había manifestado en contra. Al cabo, se formalizaron varias propuestas, y fue la de Bielicki la que prosperó. En el medio hubo marchas, movilizaciones y protestas en todo el país, con el lema “La familia es garantía y esperanza en nuestra patria”. Curiosamente, Bielicki era un hombre muy familiero y estable, que estuvo más de 60 años casado con la misma mujer, pero supo ver muy bien lo que ocurría a su alrededor. “Decían que íbamos a provocar un boom de divorcios, pero en realidad provocamos un boom de casamientos, los de la gente que se había separado y no había podido volver casarse”, recordaba. José Bielicki murió ayer, tenía 87 años y nunca se divorció.

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